El film que ocupa esta crítica, en opinión de este crítico aficionado, es una de las mejores historias de amor que el cine haya dado pese a la tristeza que destila.
Una historia de amor madura, contenida, llena de claro-oscuros, y con un desenlace que invita a la nostalgia, a reflexionar sobre el tiempo perdido, a lo que podría haber sido y no fue.
Es esta una película donde el trabajo actoral llega a la excelencia más absoluta.
De hecho no existe otra palabra mejor para describir las actuaciones de Anthony Hopkins y Emma Thompson que perfección.
Gracias a películas como ésta Sir Anthony Hopkins se granjeó mi total admiración, la cual ha conseguido prevalecer hasta el día de hoy pese a los importantes bodrios que he visionado posteriormente con él en cartel.
Su actuación como un estoico e introvertido mayordomo, profesional hasta el extremo, y tímido en el amor es probablemente uno de los mejores papeles de su carrera.
Pero no sería justo en mi valoración si no mencionara a la estupenda Emma Thompson encarnando al ama de llaves enamorada de él,la cual da una réplica a la altura y ofrece el contrapunto perfecto a tan complejo personaje.
Aparte de los celebrados protagonistas considero adecuado ensalzar el meritorio conjunto de actores secundarios que aparecen en el film (James Fox, Peter Vaughan, Christopher Reeve, Hugh Grant, etc...),los cuales cumplen de forma correctísima.
A James Ivory agradecer su impecable dirección, la perfecta plasmación de un guión adaptado excelente y una recreación prodigiosa del ambiente noble-burgués de la época.
Probablemente Ivory sea el mejor director existente a día de hoy a la hora de dirigir películas de este corte.
Por si no fuera suficiente todo lo dicho, comentar que paralelamente a la trama de amor que conduce la historia, se vislumbran algunas pinceladas del apasionante trasfondo político-histórico que precedió a la Segunda Guerra mundial.
Sin duda una película exquisita para espectadores exquisitos.