Haz click aquí para copiar la URL
México México · Ciudad de México
Voto de ericcastell:
9
Drama París, principios de los años 90. Un grupo de jóvenes activistas intenta generar conciencia sobre el SIDA. Un nuevo miembro del grupo, Nathan, se quedará sorprendido ante la radicalidad y energía de Sean, que gasta su último aliento en la lucha. (FILMAFFINITY)
12 de enero de 2018
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para poder hablar de ‘120 latidos por minuto’, la cinta dirigida por Robin Campillo y galardonada con el ‘Gran Premio del Jurado’ en la última edición del Festival de Cine de Cannes, es necesario remontarnos a principios de los años noventa y hacer alusión a uno de los movimientos sociales más importantes en la lucha contra el SIDA, ACT UP. La AIDS Coalition to Unleash Power (Coalición del sida para desatar el poder), fue un movimiento dedicado al activismo social fundado en 1987 en New York, con el propósito de hacer saber a la sociedad sobre la pandemia del sida en aquellos años y sobre la gente que la padecía, quienes poco a poco morían por la nula acción del gobierno por establecer políticas publicas capaces de frenar dicha situación. El principal objetivo de estas manifestaciones estaba encaminado a conseguir legislaciones favorables, promover la investigación científica y la asistencia a los enfermos hasta conseguir todas las políticas necesarias para obtener una mejor calidad de vida para quienes padecían este virus, así como la cura definitiva de la enfermedad.

Campillo, se enfoca en el desarrollo de ACT UP tres años después de su fundación y con ‘sede’ en Francia, donde la situación no es precisamente diferente a la vivida en América. Un grupo de jóvenes activistas infectados con el virus del sida, deciden hacerse notar ante el olvido del gobierno llevando a cabo acciones simbólicas con el objetivo de despertar a la sociedad francesa, haciéndoles ver que no es solo un problema de homosexuales, vagabundos y prostitutas y que la desinformación podría convertirse en la principal causa de muerte para todos.

Sean, uno de los miembros más activos, comienza a sufrir de manera más agresiva los estragos de la enfermedad, mientras se enamora de uno de los miembros del grupo, el cual curiosamente no está infectado pero comparte los mismos ideales que el resto, poco a poco su cuerpo se va deteriorando al igual que su relación con los demás integrantes debido a la falta de resultados de las acciones implementadas por ACT UP y por la desesperación al tratar de encontrar alguna esperanza por sobrevivir.

‘120 latidos por minuto’ es cine social y político; tal vez muy ruidoso y poco sutil para el espectador promedio. Una cinta que a lo largo de su desarrollo delata la irresponsabilidad de distintos organismos e instituciones que en su momento dejaron morir a cientos de personas por considerarles ‘ciudadanos de segunda’. Enfrenta a las grandes farmacéuticas de la época y su ineficiencia en la búsqueda por frenar las muertes que día a día incrementaban de manera exorbitante. Deja en evidencia el papel que jugaron los medios de comunicación en su omisión de la verdad y alude a la insensibilidad de los dirigentes políticos de aquellos años, quienes poco se preocuparon por hacer algo verdaderamente útil al respecto.

Es evidente la intención de Campillo al exponer este tipo de problemáticas ante una generación que pareciera ajena a estas. Aboga por una memoria social y establece una comunicación con las audiencias jóvenes con una trama cargada de sensibilidad y crudeza. El francés, quien participó en las manifestaciones de aquellos años en la vida real, muestra un panorama desolador y cruel, no maquilla nada de lo que expone en pantalla y plantea un historia de amor dentro de un escenario donde pareciera que es lo último que encontrarías.

Se abordan temas relacionados con la exclusión, la homofobia y la desinformación sobre la salud sexual. El director aborda dichas problemáticas reforzando lo real de la situación con escenas largas de diálogos extensos y confrontaciones que dejan ver lo grave del asunto. Hace alusión a la energía y a la rabia por sobrevivir. Invita a los espectadores más jóvenes a no dejar en el olvido la lucha que hubo antes. En definitiva un ejercicio sobre humanidad que vale la pena ver por lo menos una vez.

Con unas actuaciones, donde destaca lo joven de su elenco, se perfila fuertemente para conseguir una nominación al Oscar como 'Mejor Película Extranjera' representando a Francia. Será en marzo cuando sabremos si logra arrebatarle la presea dorada a 'The Square' la gran favorita representando a Suecia.
ericcastell
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow