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Voto de Francesca:
10
Drama Versión libre de "Los miserables" de Victor Hugo, pero ambientada en la II Guerra Mundial. En 1900, Henri Fortin es encarcelado, tras ser acusado injustamente del asesinato de su jefe. Durante un intento de fuga, Fortin muere, y su mujer, que vive miserablemente, se suicida al enterarse de la noticia. Con el paso de los años, su hijo Henri se convierte en campeón de boxeo de Francia y en un hombre dotado de un gran sentido común. (FILMAFFINITY) [+]
8 de febrero de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una verdadera maravilla. Una historia en varios planos para contar el drama eterno: el bien, el mal, la injusticia, la bondad, la dureza de la vida, la traición, la cobardía, el coraje…
Al principio, vemos en paralelo la vida de Paul a principios de siglo XX (Jean-Paul Belmondo) en el presidio y la vida de su mujer y su hijo en una hospedería de mala muerte.

Cambio de época, años 40. El hijo del antiguo prisionero se hace campeón de boxeo y, más adelante, transportista. En una de sus mudanzas conoce a la familia Ziman, que huye de los nazis. El viaje en el camión es la ocasión para que los acompañantes le lean a Henri Los miserables, una historia que se parece curiosamente a la suya.

La época de la ocupación alemana en Francia, durante la II Guerra mundial, es un momento en que se concentran, quizás más que en otro, los mayores actos de generosidad y los peores actos de cobardía y crueldad (denuncia a los nazis, franceses que salvan a judíos).

Colaboracionistas que se transforman en resistentes, monjas que protegen, pasadores que entregan a judíos, prisioneras que se rebelan, protectores que se vuelven crueles y mentirosos…
Las historias se siguen cruzando para crear un fresco humano, de la época y de la novela.

Actuaciones impresionantes. ¡Belmondo llora! Philippe Lyotard, rudo y campesino; Boujenah emocionante en su torpeza y emotividad, Girardot, no actúa, es, está, real, emotiva, vulnerable…

Quizás a veces quiere abarcar demasiado, demasiadas épocas (desde principios de siglo XX, Primera y Segunda guerra mundial, los nazis, el Desembarco…) Sobre todo, hay una escena hacia el final en que al mismo tiempo ocurre un anuncio inesperado para Fortin, un encuentro, la llegada de la policía, un tiroteo… todos acontecimientos de gran importancia. A la vez, los cruces y coincidencias con la obra de Hugo se acumulan. Estas “coincidencias” restan credibilidad; una pena. Aunque ciertamente el conjunto es conmovedor, mantiene ese tono emotivo de la obra literaria del novelista francés.

Es una película / libro que nos muestra lo fácil que es pasar del bien al mal y vice-versa. No hay compartimientos estancos. Desde el punto de vista moral, podemos adoptar tres actitudes en la vida: cumplir con la legalidad, lo cual no nos hace necesariamente bondadosos para con el prójimo, pero sí nos da una noción del bien y el mal; en la película, esta faceta se ve reflejada por los personajes colaboracionistas. Otra actitud posible: atenernos s a una deontología propia, que no siempre coincide con lo legal; por ejemplo, en el film, la actitud de las monjas que acogen a la pequeña Salomé. Finalmente, están aquellos que se mueven según las circunstancias, el bien es aquello que les beneficia en todo momento. En la película, los amigos de Henri, que colaboran con la Gestapo y, al final, con la Resistencia, representan este extremo. Los que simplemente se complacen en hacer el mal, por el placer de causar dolor (los Thénardier, por ejemplo), forman una categoría aparte.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Francesca
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