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España España · bilbao
Voto de ernesto:
8
Comedia En una pequeña ciudad provinciana, a unas burguesas ociosas se les ocurre la idea de organizar una campaña navideña cuyo lema es: "Siente a un pobre a su mesa". Se trata de que los más necesitados compartan la cena de Nochebuena con familias acomodadas y disfruten del calor y el afecto que no tienen. Plácido ha sido contratado para participar con su motocarro en la cabalgata, pero surge un problema que le impide centrarse en su trabajo: ... [+]
2 de febrero de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Plácido está considerada como uno de los grandes clásicos del cine español, y lo está con absoluta justicia. Y es que resulta admirable el talento del director, Luis G. Berlanga, y el guionista, Rafael Azcona, para hacer una gozosa comedia, partiendo de un material tan dramático como el que sirve de punto de partida a Plácido.
El la deprimida España de comienzos de los sesenta un grupo de personas deciden montar una campaña navideña en la que cada familia deberá invitar a un pobre a cenar en su casa en la Nochebuena. En medio de todo esto, un pobre hombre se encuentra en la desesperada situación de tener que pagar una letra al banco ese mismo día si no quiere perder su vehículo, que es su único medio de vida. Con estos ingredientes se podía haber hecho un drama tan intenso como lacrimógeno. Pero Azcona y Berlanga escogen el camino, en este caso, más difícil, que es el del humor, pero sin olvidarse en ningún momento del fondo de la historia. Y es que al final, después de haber gozado con momentos cómicos casi antológicos, uno se da cuenta de que lo que ha visto no tiene ninguna gracia.
Entre tanto uno disfruta como un niño con el derroche de ingenio y sabiduría narrativa del que se hace gala en Plácido. Partiendo de una galería de personajes brillante, la película pasa de una secuencia a la siguiente, en un enredo disparatado como pocos que alcanza la cumbre en la secuencia en la que casi todos los personajes de dan cita en una casa, en la que fallece uno de los pobres, sin saber muy bien como han acabado todos en semejante situación. En este momento vuelve a brillar el talento de los dos creadores de la película, ya que en medio del caos, cada personaje y cada réplica están donde tiene que estar y no se pierde en ningún momento la perspectiva de la historia.
Al igual que la inmediatamente posterior Atraco a las tres el grupo de actores resulta de una comicidad contagiosa. Imposible destacar uno solo. Desde el desesperado Plácido que hace Cassen, hasta su hermano cojo que interpreta Manuel Alexandre pasando por la estirada dama de clase alta que interpreta la genial Amelia de la Torre, todos son de una raza de actores que ya hoy no quedan.
Al final Plácido acaba resultando una comedia tan gozosa como ingeniosa y divertida pero de trasfondo inequivocamente triste.
ernesto
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