Haz click aquí para copiar la URL
España España · bilbao
Voto de ernesto:
6
Drama Georges y Anne, dos ancianos de ochenta años, son profesores de música clásica jubilados que viven en París. Su hija, que también se dedica a la música, vive en Londres con su marido. Cuando, un día, Anne sufre un infarto que le paraliza un costado, el amor que ha unido a la pareja durante tantos años se verá puesto a prueba. (FILMAFFINITY)
16 de enero de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Amor, de Michael Haneke, ganó la Palma de Oro en Cannes en 2012. A los cines españoles no llegó hasta enero de 2013, impulsada por sus (luego confirmadas) posibilidades de estar en los Oscar. Fue entonces cuando yo la ví, con las expectativas, a esas alturas, ya por las nubes. Y el supuesto puñetazo en el estomago que iba a remover mi conciencia y mi alma me dejó más que frío, casí indiferente. Era la tercera película que veía ese día tras las extraordinarias Django desencadenado y Lincoln. Así que me he pasado todo un año renegando de las virtudes de esta triunfal Amor. Tras verla por segunda vez un año después, no deja de ser algo injusto este recuerdo. Si bien sigo pensando que ese título, Amor, no es el adecuado para lo que se ve en la pantalla, y que Haneke en su afán de ser distante y analítico, se pasa de frío y aséptico, es cierto que esta vez sí que he conectado algo más con la historia y con sus personajes.
La carrera cinematográfica de Michael Haneke comenzó a finales de los ochenta con El séptimo continente, dirigiendo durante casi diez años sus película más radicales y minoritarias. Estas primeras películas son parte de la deuda pendiente que tengo con su filmografía. A partir de 1997, con el estreno de Funny Games, pasa a la primera liga, compitiendo con practicamente todas sus películas en el Festival de Cannes. De todas ellas La Pianista y La cinta blanca me parecen excelentes. especialmente esta última, tal vez su película más sutil, elegante e inquietante.
Amor responde perfectamente a las características habituales de Michael Haneke como director. Su cámara vuelve a actuar como un testigo distante, frío y a veces despiadado de los hechos que se narran, dejando en el espectador un poso tan amargo, que se puede llegar a confundir con rechazo hacia la obra vista. El problema es que ante una historia como la que cuenta Amor no creo que sea esta la forma más real de acercarse a ella. Es la suya, la única que sabe, al parecer, pero está lejos del verdadero Amor (esta vez si debe ser escrito con mayúscula), de la explosión de sentimientos, la mayoría positivos, que envuelven a una pareja, cuando ya en el ocaso de su vida, viven la degeneración física y mental de uno de sus miembros. Tal vez la experiencia personal me condiciona mucho a la hora de valorar la película, pero echo mucho de menos la ternura y la complicidad tras décadas de convivencia. Es como si Haneke fuera incapaz de extraer una sola sensación positiva de una situación profundamente dramática como la que plantea Amor. Aunque muy dura, la devastación de un ser querido no necesariamente pasa por esa visión quirúgica que nos da Haneke.
De Amor me quedo con el trabajo de los actores, muy especialemnte de una Emmanuelle Riva gigantesca. Y es que, aunque Jean Louis Trintignat haga un notable trabajo, me cuesta mucho empatizar con su personaje, y no digamos ya con el de la hija que interpreta Isabelle Huppert.
Amor termina como termina, ya lo sabemos desde el principio. Y habiendo llamado a su película así, Amor, no me puede parecer un final más desacertado. Y aunque me he puesto a escribir con mejor talante del que tenía hace un año, cuando vi la película por primera vez, veo que al final las sensaciones que me ha inspirado la película no distan mucho de aquella primera impresión. Supongo que en algunos temas el bisturí de Haneke no es el más adecuado.
ernesto
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow