La conocida expresión que dice eso de.. "a grandes problemas, grandes soluciones" encuentra un gran reflejo en esta cinta, suponiendo que para todo fan (o chalado en general) de una película, el mayor problema imaginable es tener que esperar a la fecha de estreno para poder verla.
Así, bajo la premisa de que esperar al estreno es de pringaos, un grupo de colegas llega a la peculiar conclusión de que la mejor forma de ver antes que nadie el Episodio I, la Amenaza Fantasma (Phantom Menace, por hacerme el bilingüe) es, ni más ni menos, que colarse en la casa de George Lucas, robar la bobina del film y reproducirla tranquilamente en cualquier habitación del Rancho Skywalker. Un plan sin lagunas. A todo lo cual hay que añadir que esta película se encuentra protagonizada por un variopinto grupo de fans galácticos, integrado por un gordaco, un tipo con gafas "modo Bartolo", otro par de individuos de alto frikismo y (por hacer también la historia atractiva para el público femenino) una chica.

Pues bien, lo destacable del film no es otra cosa que el sinfín de locuras que los protas van a vivir durante el largo viaje que les llevará a su destino, con mil y una referencias a la famosa saga, incluyendo varias escenas paródicas de la trilogía original (tronchantes) y más de un cameo que dejará con la boca abierta a todo seguidor de Star Wars que se precie. De hecho, prefiero no desvelar de qué personajes se trata para sorpresa del espectador, aunque sí adelanto que las apariciones son.. sublimes.
En definitiva, se trata de una cinta muy recomendable tanto para aquel cuyo amor por la Guerra de las Galaxias roce lo patológico (caso del que está escribiendo), como para quien simplemente desee reírse a carcajadas con algunos de los disparates que la película nos muestra.

Termino con una apreciación algo subjetiva:
Jugarse la vida por ver precisamente la Amenaza Fantasma... tiene delito.