No sé cuántas veces me he leído "El Señor de los Anillos". Más de cinco, eso seguro, y menos de diez. Es un libro que me encanta. Pero es un libro enorme, lleno de partes farragosas y lentas, insoportables. Las canciones élficas, por ejemplo (bueno, en realidad, todo lo que huele a élfico, excluyendo a Legolas). La parte de Tom Bombadil, sin ir más lejos (menudo pestiño).

Peter Jackson no ha hecho la adaptación que yo hubiera firmado, ni siquiera una que yo pueda defender demasiado. Es más, ni siquiera es muy original, con muchos planos casi calcados a la versión de Ralph Bakshi. Pero me ha quitado todas las canciones élficas, ha eliminado al ridículo de Bombadil, y ha logrado mantener intacto el espíritu que impregna la obra de Tolkien. Eso era muy, muy difícil, y eso me basta.