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Voto de TOM REGAN:
6
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459
Comedia
Años 50. Benjy Stone (Mark Linn-Baker), un joven guionista de televisión que colabora en un exitoso programa de humor, debe acompañar al inglés Alan Swan (Peter O'Toole), un viejo artista totalmente alcoholizado, los días que dure el rodaje. Benjy tendrá que proporcionarle las mayores comodidades, evitar que beba y procurar que llegue a las grabaciones en el mejor estado posible, tarea que se convertirá en una auténtica pesadilla. (FILMAFFINITY) [+]
26 de abril de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
89/11(17/04/18) Interesante debut en la dirección del actor Richard Benjamin, un homenaje a los programas de variedades de la televisión estadounidense de los 50, el guión de Norman Steinberg (“Sillas de montar calientes”), y Dennis Palumbo (“Verano de aguas cristalinas”), sobre una historia de este último se basa en una anécdota real que el productor del film Mel Brooks vivió de joven, hacer de niñera de un Errol Flynn en decadencia que debía hacer una intervención en un programa en directo de TV (Sid Caesar Your Show of Shows”). La película es un sentido homenaje a la TV de los años 50, su manera de hacer comedias televisivas en directo, no existía el videotape, con público de verdad. Una amena inmersión en este microcosmos idealizado donde lo mejor (aparte de algunos momentos sueltos de humor) es la actuación de un Peter O'Toole brillante, se nota suelto, mimetizado con el personaje, cada aparición suya es una lección de carisma y genuinidad, emitiendo picardía, tal labor fue nominada al Oscar, elevando su presencia la calidad de un film que de otro modo sería del montón. Película que de modo liviano nos habla de las mitomanías, de las inseguridades, de los complejos, pero como digo es en un tono muy trivial, enfocándolo todo a la comedia elegante.
Peter O'Toole derrocha encanto, empatía, carácter, un gañán magnético, dejando entrever mundo interior que intenta ocultar tras su fachada de nihilista. Ejemplo de su sutilidad y flema, encarnando a Swann entra accidentalmente al baño de mujeres, una diseñadora de vestuario (Selma Diamond), le espeta "Esto es sólo para mujeres!", Swann baja la cremallera de su entrepierna y responde "Así es esto, mamá, pero de vez en cuando tengo que echarle un poco de agua", chapeau! Una de las mayores injusticias en la historia de los Premios de la Academia es que Peter O'Toole, a pesar de haber sido nominado 8 veces como Mejor Actor, nunca ganó un Oscar. No fue galardonado ni por actuaciones como “Lawrence of Arabia”, “Becket”, “The Lion in Winter”, “Lord Jim”, “La Noche de los Generales”, en esta ocasión de “Mi año favorito” fue su séptima nominación, perdió frente a Ben Kingsley (por Gandhi), hubo una octava y última nominación por su “viciosillo” Maurice de “Venus” (2006), pero O'Toole nunca ganó, y tuvo que conformarse con su Premio de Honor 2003 por sus "notables talentos [que] han proporcionado a la historia del cine algunos de sus personajes más memorables"; Mark Linn-Baker como Benji, el “canguro” de Alan Swann, da un buen rendimiento, tiene una química aceptable con O’Toole, desarrollando un arco de evolución de la mitomanía con Swann a darse cuenta que es un humano como todos, con sus falencias y virtudes. El actor luego fue a parar a la popular serie “Primos lejanos” (1986-1993), donde demostró que a histrión es complicado ganarle; Joseph Bologna está notable en su rol de Rey Kayser, arrogante estrellita de la televisión, con una estimable vis cómica, estupenda su escena con el mafioso; Jessica Harper como K.C. Downing esa bien como aspiración romántica de Benji, con vigor intenta tener escenas screw-ball (lucha de sexos) con él; Lainie Kazan en un breve tramo derrocha electricidad salvaje como la extrovertida madre de Benji, todo un torbellino de desparpajo y jocosidad, siendo una maravillosa roba-escenas (toda una hazaña frente a O’Toole) en la secuencia hilarante de la cena.
La puesta en escena es uno de sus aciertos, sin demasiados alardes demuestra pericia en transmitirnos ese tiempo en Nueva York, con un notable diseño de producción de Charles Rosen (“Taxi Driver” o “La invasión de los ultracuerpos”), rodando en exteriores naturales de Nueva York (Brooklyn (Ocean Parkway); Manhattan: Central Park; Park Avenue; Waldorf-Astoria Hotel; Rockefeller Center), en interiores en los Metro-Goldwyn-Mayer Studios (Culver City-California), haciendo creíble esta década con los vehículos, el mobiliario, o el vestuario creado por May Routh (“Mi bello legionario” o “Bienvenido Mr. Chance”); Todo esto visualizado a través de la fotografía de Gerald Hirschfeld (“Duelo a muerte en OK Corral” o “El jovencito Frankenstein”), sabiendo granular los fotogramas para dar sensación de los 50, llenando de tonos pastel bucólicos el metraje en consonancia con el estado de ánimo alegre requerido.
Peter O'Toole derrocha encanto, empatía, carácter, un gañán magnético, dejando entrever mundo interior que intenta ocultar tras su fachada de nihilista. Ejemplo de su sutilidad y flema, encarnando a Swann entra accidentalmente al baño de mujeres, una diseñadora de vestuario (Selma Diamond), le espeta "Esto es sólo para mujeres!", Swann baja la cremallera de su entrepierna y responde "Así es esto, mamá, pero de vez en cuando tengo que echarle un poco de agua", chapeau! Una de las mayores injusticias en la historia de los Premios de la Academia es que Peter O'Toole, a pesar de haber sido nominado 8 veces como Mejor Actor, nunca ganó un Oscar. No fue galardonado ni por actuaciones como “Lawrence of Arabia”, “Becket”, “The Lion in Winter”, “Lord Jim”, “La Noche de los Generales”, en esta ocasión de “Mi año favorito” fue su séptima nominación, perdió frente a Ben Kingsley (por Gandhi), hubo una octava y última nominación por su “viciosillo” Maurice de “Venus” (2006), pero O'Toole nunca ganó, y tuvo que conformarse con su Premio de Honor 2003 por sus "notables talentos [que] han proporcionado a la historia del cine algunos de sus personajes más memorables"; Mark Linn-Baker como Benji, el “canguro” de Alan Swann, da un buen rendimiento, tiene una química aceptable con O’Toole, desarrollando un arco de evolución de la mitomanía con Swann a darse cuenta que es un humano como todos, con sus falencias y virtudes. El actor luego fue a parar a la popular serie “Primos lejanos” (1986-1993), donde demostró que a histrión es complicado ganarle; Joseph Bologna está notable en su rol de Rey Kayser, arrogante estrellita de la televisión, con una estimable vis cómica, estupenda su escena con el mafioso; Jessica Harper como K.C. Downing esa bien como aspiración romántica de Benji, con vigor intenta tener escenas screw-ball (lucha de sexos) con él; Lainie Kazan en un breve tramo derrocha electricidad salvaje como la extrovertida madre de Benji, todo un torbellino de desparpajo y jocosidad, siendo una maravillosa roba-escenas (toda una hazaña frente a O’Toole) en la secuencia hilarante de la cena.
La puesta en escena es uno de sus aciertos, sin demasiados alardes demuestra pericia en transmitirnos ese tiempo en Nueva York, con un notable diseño de producción de Charles Rosen (“Taxi Driver” o “La invasión de los ultracuerpos”), rodando en exteriores naturales de Nueva York (Brooklyn (Ocean Parkway); Manhattan: Central Park; Park Avenue; Waldorf-Astoria Hotel; Rockefeller Center), en interiores en los Metro-Goldwyn-Mayer Studios (Culver City-California), haciendo creíble esta década con los vehículos, el mobiliario, o el vestuario creado por May Routh (“Mi bello legionario” o “Bienvenido Mr. Chance”); Todo esto visualizado a través de la fotografía de Gerald Hirschfeld (“Duelo a muerte en OK Corral” o “El jovencito Frankenstein”), sabiendo granular los fotogramas para dar sensación de los 50, llenando de tonos pastel bucólicos el metraje en consonancia con el estado de ánimo alegre requerido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Mel Brooks, productor ejecutivo de la película, fue un escritor para el programa de variedades “Sid Caesar Your Show of Shows”, al principio de su carrera. El fanático de la película Errol Flynn fue invitado en un episodio, y este suceso de la vida real inspiró el guión de ficción de Dennis Palumbo. Swann obviamente se basó en Flynn, mientras que Benjy Stone se basa libremente tanto en Brooks como en Woody Allen, quien también escribió para Caesar. Según Brooks, el personaje de Rookie Carroca también se basó en una persona real, un marino filipino en la Marina de los EE. UU, era su vecino en Brooklyn. Al igual que Alan Brady en “The Dick Van Dyke Show”, el rey Kaiser representó a SidCaesar ("Kaiser" es el equivalente alemán del título romano César). Selma Diamond, otra ex escritora de Your Show of Shows (que inspiró al personaje de Rose Marie "Sally Rogers" en “The Dick Van Dyke Show”), aparece como una amante del guardarropa. El personaje de Herb, un escritor de comedias que susurra casi todo lo que tiene que decir, está basado en Neil Simon, otro de los redactores de Caesar, quien, según su compañero de trabajo Carl Reiner, susurró ideas a sus colegas en lugar de gritarle a los demás. Simon y Reiner hicieron su propio uso de sus experiencias de Your Show of Shows. La risa en el Piso 23 , escrita por Simon para el escenario y más tarde como una película de televisión, incluía versiones apenas disfrazadas de Sid Caesar y su equipo. También lo hizo “The Dick Van Dyke Show”, que fue creado por el amigo y colega de Brooks, Reiner (quien más tarde protagonizaría el show de Van Dyke como Alan Brady, con el personaje de Buddy Sorrell basado en Brooks). Brooks reconoce que la mayoría de la trama de la película era ficción. Dijo que la aparición de Flynn en Your Show of Shows transcurrió sin incidentes, que ninguno de los escritores tuvo mucha interacción con Flynn, y mucho menos se convirtió en su amigo o se lo llevó a casa a cenar.
Es una comedia tan entretenida como de poco calado, con momentos divertidos, con recursos sutiles, con diálogos algunos con sustancia, de las que te deja un buen sabor de boca en su clímax jocoso donde realidad y meta-ficción se unen (la pelea durante la emisión del programa que el público cree un teatrillo), pero que no va más allá de un pasarratos agradable, eso sí, con un actor sobrado como O’Toole. Fuerza y honor!!!
Es una comedia tan entretenida como de poco calado, con momentos divertidos, con recursos sutiles, con diálogos algunos con sustancia, de las que te deja un buen sabor de boca en su clímax jocoso donde realidad y meta-ficción se unen (la pelea durante la emisión del programa que el público cree un teatrillo), pero que no va más allá de un pasarratos agradable, eso sí, con un actor sobrado como O’Toole. Fuerza y honor!!!