152/01(01/05/11) Irregular gamberrada bufona de un travieso Woody Allen. Un puro divertimento que no pretende más que pases un rato ameno con un encadenamiento de gags en la más pura tradición del slapstick. Es una sátira política partida en dos, una es el tramo que sucede en Nueva York y el otro es el que acontece en la imaginaria república bananera de San Marcos. La cinta resulta irregular en su despliegue humorístico con desigual acierto, alternando muy buenos momentos con otros demasiado simplones para lo que esperamos del genial realizador neoyorkino. Su historia es bastante floja a la hora de ahondar en los personajes, estos son un mero pretexto para la sucesión de escenas burlonas, es casi un programa televisivo navideño de José Mota, sketchs más sketchs. Su frenético desarrollo es un desparrame de hacer parodias de mil un clichés, de tópicos sobre las dictaduras sudamericanas, llegando a caricaturizar al Che. Aún con todos sus defectos que son muchos hay momentos para el recuerdo que es algo que la mayoría de las películas no tienen, botones de muestra serian las de Fielding-Allen defendiendo de dos macarras a una vieja, la del revolucionario que ha tomado el poder y hace un desternillante discurso de las absurdas medidas que va a tomar, la de Fielding interrogándose a sí mismo en un juicio, la retransmisión de una noche de sexo como si de un combate de boxeo se tratara, hilarante, o algunas perlas en forma de frases como < Las relaciones con mis padres fueron buenas. Sólo me pegaron una vez durante mi infancia, empezaron el 23 de diciembre de 1942 y terminaron a finales de la primavera del 44.>. solo por estas joyitas merece la pena verla, no es ni de lejos la mejor, pero si mucho mejor que lo que hace últimamente. Fuerza y honor!!!