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Voto de TOM REGAN:
8
2013
Bryan Fuller (Creador), Michael Rymer ...
7,4
14.197
Serie de TV. Intriga. Thriller. Drama
Serie de TV (2013-2015). 3 temporadas. 39 episodios. Will Graham (Hugh Dancy), que trabaja en el FBI como analista de crímenes, tiene una capacidad innata para empatizar con los psicópatas, lo que le permite entender sus motivaciones. Pero, cuando se da cuenta de que la mente del asesino en serie que está buscando es demasiado compleja incluso para él, recaba la ayuda de uno de principales psiquiatras del país, el Dr. Hannibal Lecter ... [+]
16 de junio de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
96/16(27/05/16) Notable thriller en formato serie, creada por Bryan Fuller (“Pushing Daisies”) para la cadena USA NBC, fascinante producción basada libremente en los 4 libros y personajes establecidos por Thomas Harris, primero en 1981 con “El Dragón Rojo”, el icónico Hannibal y su perseguidor Will Graham. 39 episodios divididos equitativamente en 3 temporadas, aborda con libertad las novelas, mezclándolas y aportando material original que dota a la serie de frescura e imprevisibilidad, derivando en una inquietante propuesta, con ambientación cuidada hasta el sibaritismo, con ritmo sereno pero fluido que hace los personajes te vayan calando y empatizando poco a poco, siendo el corazón de la turbadora relación entre el hedonista manipulador Hannibal y el atormentado Will Graham, amistad-odio que cubre con un halo malsano de todo el metraje, interpretados de modo espléndido por Madds Mikelsen y Hugh Dancy, dos tipos decadentes que sienten atraídos el uno por el otro, personas sumergidas en la oscuridad, enlazadas por un vículo invisible pero indestructible (al menos eso parece). Lástima la serie no tuviera el favor del público, eran 7 temporadas de 13 episodios previstas, las 3 primeras serián guiones originales y se tejería una mórbida relación entre Hannibal y Graham, la cuarta sería el libro ‘El Dragón Rojo’ (1981), la quinta adaptaría ‘El Silencio De Los Inocentes’ (1988), la sexta versaría sobre la novela “Hannibal” (1999), y la séptima sería guión original en que asisitiriamos al final de Hannibal, pero la falta de audiencia provocó una hecatombre en su desarrollo, haciendo que se finiquitase en su tercera temporada, con lo que la última se resiente notoriamente al querer tocar todos los libros, y hacerlo de modo apresurado, con lo que peca orgánicamente de ir a empujones, incorporando con muchas licencias tramas de “Hannibal”, de “El Dragón Rojo” y “Hannibal: Rising” (2006).
Auna de modo equilibrado intriga, drama, terror, góre, homo-erotismo, y lirismo visual, faltándole quizás algo de humor para hacer digerible su aspereza. Juega en su contra que sabemos que tarde o temprano Hannibal será atrapado, hándicap sorteado con mucha inteligencia y con giros impactantes que deconciertan, sobre todo por las libertades que se toman los guionistas con el texto literario, hace que el espectador este zozobrante ante un terreno que creía conocido pero se oscurece por la imprevisibilidad constante y latente. Fuller sabe mantener viva la llama de la tensión entre los dos antagonistas, hurdiendo entre ellos una telaraña enfermmiza que los va carcomiendo entre juegos psicológicos, el gato y el ratón, derivando en duelos de enorme calado emocional. En su devenir de capítulos se encuentra plagada de brillantes momentos, de escenas de una fuerza arrolladora, componiendo en muchos casos asesinatos como si de cuadros de perversa belleza se tratara, secuencias pesadillescas que te magnetizan por su vigor, se suman unos diálogos sensacionales, de los que se te enroscan, no exenta de flashback y novedosos recursos temporales le dan un aspecto transgresor y refrescante a la trama. Pone su lupa sobre temas como la ambigüedad moral, la amistad, la fina línea que hay en tre el bien y el mal, el hedonismo, el canibalismo, la simbiosis perturbadora entre arte y crimen, la misantropía, la soledad, y más. Fuller dijo inspirarse en realizadores de culto como Kubrick, Lynch, Cronenberg o Dario Argento, para ello se apoya en directores como David Slade (“Hard Candy”), James Foley (“Glengarry Glen Ross”), Vincenzo Natali (“Cube”), John Dahl (“Rounders”) o Peter Medak (“Al Final de la Escalera”).
Excelente el modo en que se juega con el espectador, el único que sabe de los gustos culinarios y sociópatas de Hannibal, con lo que siempre estamos en ventaja sobre los demás, con lo por ejemplo las comidas que prepara Lecter se convierten en algo cuasi-patlógico por lo inquietante de no saberse si la carne que se sirve es de animal racional o no, provocando desazón e incomodidad, muy ingenioso jugar con esto. La alta cocina es uno de los elementos fundamentales de la serie, cada capítulo es titulado con el nombre de unn plato francés, para asesorar en estas actividades culinarias, se ha contado con la ayuda del aclamado cocinero español, José Ramón Andrés Puerta.
Primera temporada: Prodigioso piloto marca a fuego el devenir de la serie, realizado por David Slade, presentación formidable de personajes, con sus defectos y virtudes, Hannibal aprovechándose de todo a su alrededor en su lúgubre beneficio, y Graham exhibiendo su turbia empatía cuando revive en su mente escenas de crímenes. La imaginería visual se despliega con fulgor, con furibundo simbolismo, para la reflexión la profusión de imágenes de ciervos y sus cuernos, alegoría de que la cornamenta es tan retorcida como la psique humana. En cada capítulo un caso escabroso a resolver por la sombría pareja Graham-Hannibal, un procedimental, pero deja un reguero de elementos que la hacen no autoconluciva, estos irán enredando más y más a los persopnajes, en un crescendo dramático asfixiante. La tara son sus primeros titubeantes capítulos, da impresión son de relleno, aunque sugestivos y magnéticos poco aportan a la trama central, redundan demasiado, rizan el rizo con crímenes que emanan un lirismo peligroso, pero hacia la segunda mitad de la temporada, cuando aparece en escena Abel Gideon (Eddie Izzard) y la psiquiatra de Lecter (Gilliam Anderson), esto impulsa la historia, las situaciones se retuercen, se llevan al límite. Fuller introduce guiños a los fans de ‘El Silencio …’, como la de la joven agente FBI, Miriam Lass (Anna Chlumsky) emulo de Clarice Sterling, o la aparición de la prisión psiquiátrica, o el personaje del Dr. Chilton (Raul Esparza).
Segunda: La mejor de las tres, el tour de forcé Hannibal- Graham se eleva a un nivel superlativo, con falso culpable metido en en jaula de un psiquiátrico, con duelos mentales absorbentes,... (sigue en spoiler)
Auna de modo equilibrado intriga, drama, terror, góre, homo-erotismo, y lirismo visual, faltándole quizás algo de humor para hacer digerible su aspereza. Juega en su contra que sabemos que tarde o temprano Hannibal será atrapado, hándicap sorteado con mucha inteligencia y con giros impactantes que deconciertan, sobre todo por las libertades que se toman los guionistas con el texto literario, hace que el espectador este zozobrante ante un terreno que creía conocido pero se oscurece por la imprevisibilidad constante y latente. Fuller sabe mantener viva la llama de la tensión entre los dos antagonistas, hurdiendo entre ellos una telaraña enfermmiza que los va carcomiendo entre juegos psicológicos, el gato y el ratón, derivando en duelos de enorme calado emocional. En su devenir de capítulos se encuentra plagada de brillantes momentos, de escenas de una fuerza arrolladora, componiendo en muchos casos asesinatos como si de cuadros de perversa belleza se tratara, secuencias pesadillescas que te magnetizan por su vigor, se suman unos diálogos sensacionales, de los que se te enroscan, no exenta de flashback y novedosos recursos temporales le dan un aspecto transgresor y refrescante a la trama. Pone su lupa sobre temas como la ambigüedad moral, la amistad, la fina línea que hay en tre el bien y el mal, el hedonismo, el canibalismo, la simbiosis perturbadora entre arte y crimen, la misantropía, la soledad, y más. Fuller dijo inspirarse en realizadores de culto como Kubrick, Lynch, Cronenberg o Dario Argento, para ello se apoya en directores como David Slade (“Hard Candy”), James Foley (“Glengarry Glen Ross”), Vincenzo Natali (“Cube”), John Dahl (“Rounders”) o Peter Medak (“Al Final de la Escalera”).
Excelente el modo en que se juega con el espectador, el único que sabe de los gustos culinarios y sociópatas de Hannibal, con lo que siempre estamos en ventaja sobre los demás, con lo por ejemplo las comidas que prepara Lecter se convierten en algo cuasi-patlógico por lo inquietante de no saberse si la carne que se sirve es de animal racional o no, provocando desazón e incomodidad, muy ingenioso jugar con esto. La alta cocina es uno de los elementos fundamentales de la serie, cada capítulo es titulado con el nombre de unn plato francés, para asesorar en estas actividades culinarias, se ha contado con la ayuda del aclamado cocinero español, José Ramón Andrés Puerta.
Primera temporada: Prodigioso piloto marca a fuego el devenir de la serie, realizado por David Slade, presentación formidable de personajes, con sus defectos y virtudes, Hannibal aprovechándose de todo a su alrededor en su lúgubre beneficio, y Graham exhibiendo su turbia empatía cuando revive en su mente escenas de crímenes. La imaginería visual se despliega con fulgor, con furibundo simbolismo, para la reflexión la profusión de imágenes de ciervos y sus cuernos, alegoría de que la cornamenta es tan retorcida como la psique humana. En cada capítulo un caso escabroso a resolver por la sombría pareja Graham-Hannibal, un procedimental, pero deja un reguero de elementos que la hacen no autoconluciva, estos irán enredando más y más a los persopnajes, en un crescendo dramático asfixiante. La tara son sus primeros titubeantes capítulos, da impresión son de relleno, aunque sugestivos y magnéticos poco aportan a la trama central, redundan demasiado, rizan el rizo con crímenes que emanan un lirismo peligroso, pero hacia la segunda mitad de la temporada, cuando aparece en escena Abel Gideon (Eddie Izzard) y la psiquiatra de Lecter (Gilliam Anderson), esto impulsa la historia, las situaciones se retuercen, se llevan al límite. Fuller introduce guiños a los fans de ‘El Silencio …’, como la de la joven agente FBI, Miriam Lass (Anna Chlumsky) emulo de Clarice Sterling, o la aparición de la prisión psiquiátrica, o el personaje del Dr. Chilton (Raul Esparza).
Segunda: La mejor de las tres, el tour de forcé Hannibal- Graham se eleva a un nivel superlativo, con falso culpable metido en en jaula de un psiquiátrico, con duelos mentales absorbentes,... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
...combates de mentiras inesperados y sorpresivos, donde la confusa línea entre la cordura y la locura se hará imperceptible, donde los diálogos se harán más retorcidos, la intensidad y tensión se estiran de modo opresivo, el mimo por la estética visual se maximizará en lo bizarro, ello desarrollado de modo alambicado, desembocando en un episodio final Antológico. Aparecen un nuevo villano, el multimillonario Mason Verger (Michael Pitt), un amoral que disfruta con el sadismo, aspira a ser más que Hannibal.
Tercera: Aborda libremente los libros “Hannibal”, “Hannibal: Rising” y “Dragón Rojo”, en la primera mitad, mezcla a su albedrio los dos primeros referidos, trasladándonos a Florencia (Italia), con Mason Verger como vértice importante de la historia, y en la segunda el último, aporta un final con material original que descoloca, donde la turbia relación Graham-Hannibal se mezcla con la del Dragon Rojo con una desvalida mujer ciega, siendo asimismo un tributo a la fuerza simbólica del poeta y pintor londinense William Blake (1757-1827), y todo confluyendo en un final de proporciones elegiacas. Esta última entrega contiene grandes momentos alternados con otros incoherentes, orgánicamente tosca.
Puesta en escena memorable, brilla desde sus hipnóticos títulos de crédito de Nic Benns (’30 Días De Oscuridad’), Fuller despliega un epicúreo espectáculo visual, con muy sugerente diseño de producción de Matthew Davies (‘A Ciegas’), con escenarios inquietantes, decadente despacho de Lecter, cenas hedonistas, estremecedora planificación de asesinatos, ensalzado todo esto por la sublime fotografía gótica James Hawkinson (‘Carretera Al Infierno’) y Karim Hussain (‘Hobo With A Shotgun’), con múltiples juegos de claroscuros, de sombras, de penumbras, de tonos apagados, con excelsos expresivos primeros planos, de grandes alegorias visuales, de turbadora imaginería onírica, con enfatizantes escenas a a cámara lenta, experimentando con incluso marcha atrás. Acunados estos elementos en la zozobrante música de Brian Reitzell (‘Lost In Traslation’), de resonancias japonesas, que confieren un halo tenso y neurálgico, confiriendo todos estos recursos un aire sombrío, de fefectos cuais-lisérgicos.
Madds Mikelsen está extraordinario, sublime, refleja con brillantez al hedonista sociópata caníbal, de mirada inquietante, porte elegante y sofisticado, transmite que es un juguetón sutil, manipulador, sibarita, refinado, imperturbable, flemático, ambigüedad gestual aterradora, emite un carisma atronador. Hugh Dancy es su némesis, radiante, hombre al límite que navega por el filo de la navaja de la locura, su angustia vital nos toca, muestra una evolución de gran intensidad, descendiendo al averno mental, sentimos su desorientación, su misantropía, su ahngustia existencial, con ingeniosos recursos para dejar transmitir su compleja personalidad patológica, con su recogida de perros abandonados. Entre los dos una perturbadora química, compenetrados de modo siniestro. Laurence Fishburne demuestra lo enorme intérprete que es, sobrado de personalidad y carácter. Gilliam Anderson sabe encontrar su sitio impregnando de profundidad su rol. Michael Pitt como Mason verger realiza una actuación estupenda, dotando de cinismo, sadismo, perversión a su cuasi-joker, tremendo momento autoflagelo. Eddie izzard encarna con notable resultado al ambiguo Abel gedeon, manteniendo chispenates duelos con Hannibal. Richard Armitage crea al Dragón Rojo con una gloriosa hondura dramática, sabe conferirle hastío, melancolía, dolor, y con una conmovedora relación con una chica ciega, dejando traslucir grietas, excelente.
Serie muy recomendable a los que gusten de productos de calidad, trabajados con mimo, desde los guiones, los actores, la puesta en escena, lástima que las prisas por acabarla en la tercera temporada la desluzcan en parte. Fuerza y honor!!!
Crítica sesgada por el límite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2016/06/hannibal.html
Tercera: Aborda libremente los libros “Hannibal”, “Hannibal: Rising” y “Dragón Rojo”, en la primera mitad, mezcla a su albedrio los dos primeros referidos, trasladándonos a Florencia (Italia), con Mason Verger como vértice importante de la historia, y en la segunda el último, aporta un final con material original que descoloca, donde la turbia relación Graham-Hannibal se mezcla con la del Dragon Rojo con una desvalida mujer ciega, siendo asimismo un tributo a la fuerza simbólica del poeta y pintor londinense William Blake (1757-1827), y todo confluyendo en un final de proporciones elegiacas. Esta última entrega contiene grandes momentos alternados con otros incoherentes, orgánicamente tosca.
Puesta en escena memorable, brilla desde sus hipnóticos títulos de crédito de Nic Benns (’30 Días De Oscuridad’), Fuller despliega un epicúreo espectáculo visual, con muy sugerente diseño de producción de Matthew Davies (‘A Ciegas’), con escenarios inquietantes, decadente despacho de Lecter, cenas hedonistas, estremecedora planificación de asesinatos, ensalzado todo esto por la sublime fotografía gótica James Hawkinson (‘Carretera Al Infierno’) y Karim Hussain (‘Hobo With A Shotgun’), con múltiples juegos de claroscuros, de sombras, de penumbras, de tonos apagados, con excelsos expresivos primeros planos, de grandes alegorias visuales, de turbadora imaginería onírica, con enfatizantes escenas a a cámara lenta, experimentando con incluso marcha atrás. Acunados estos elementos en la zozobrante música de Brian Reitzell (‘Lost In Traslation’), de resonancias japonesas, que confieren un halo tenso y neurálgico, confiriendo todos estos recursos un aire sombrío, de fefectos cuais-lisérgicos.
Madds Mikelsen está extraordinario, sublime, refleja con brillantez al hedonista sociópata caníbal, de mirada inquietante, porte elegante y sofisticado, transmite que es un juguetón sutil, manipulador, sibarita, refinado, imperturbable, flemático, ambigüedad gestual aterradora, emite un carisma atronador. Hugh Dancy es su némesis, radiante, hombre al límite que navega por el filo de la navaja de la locura, su angustia vital nos toca, muestra una evolución de gran intensidad, descendiendo al averno mental, sentimos su desorientación, su misantropía, su ahngustia existencial, con ingeniosos recursos para dejar transmitir su compleja personalidad patológica, con su recogida de perros abandonados. Entre los dos una perturbadora química, compenetrados de modo siniestro. Laurence Fishburne demuestra lo enorme intérprete que es, sobrado de personalidad y carácter. Gilliam Anderson sabe encontrar su sitio impregnando de profundidad su rol. Michael Pitt como Mason verger realiza una actuación estupenda, dotando de cinismo, sadismo, perversión a su cuasi-joker, tremendo momento autoflagelo. Eddie izzard encarna con notable resultado al ambiguo Abel gedeon, manteniendo chispenates duelos con Hannibal. Richard Armitage crea al Dragón Rojo con una gloriosa hondura dramática, sabe conferirle hastío, melancolía, dolor, y con una conmovedora relación con una chica ciega, dejando traslucir grietas, excelente.
Serie muy recomendable a los que gusten de productos de calidad, trabajados con mimo, desde los guiones, los actores, la puesta en escena, lástima que las prisas por acabarla en la tercera temporada la desluzcan en parte. Fuerza y honor!!!
Crítica sesgada por el límite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2016/06/hannibal.html