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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Comedia Dos hermanos, los Smuntz, heredan de su padre una gran mansión en la cual vive un pequeño ratón que intentará evitar, por mil y un medios, que los nuevos propietarios se deshagan de la casa. (FILMAFFINITY)
15 de mayo de 2018
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
103/06(07/05/18) Infravalorada comedia negra dirigida en su primera realización por Gore Vervinski, el que luego se hiciera famoso con la franquicia “Piratas del caribe”, aquí demuestra una frescura y vitalidad arrolladoras en una cinta que resulta un glorioso homenaje al cartoon y al cine mudo y sus riff continuos de slapstick, ello con una película que incluso podría ser muda, pues el poder de las imágenes, de las secuencias maravillosamente hiladas son de un poderío apabullante ya desde el hilarante funeral. El guión de Adam Rifkin (“Dog years”), fue la primera producción familiar lanzada por la compañía de Spielberg y Jeffrey Katzenberg, Dream Works, este último puso en manos del novel realizador el proyecto, ello por sus antecedentes en la dirección de spots publicitarios, siendo muy popular en USA su campaña unas ranas habladoras para la marca de cerveza Budweiser, así como comerciales de Nike, creando Gore un tsunami de situaciones jocosas que consiguen sacarme (algo muy, pero muy harto complicado) más de una sonrisa, incluso alguna lágrima (Nathan Lane disparado de la chimenea!!!) de placer, en un relato con efluvios claros a “Tomm & Jerry” o “Pixie & Dixie”, o también a las comedias del Laurel y Hardy (El Gordo y el Flaco), donde dos hermanos (los Smuntz) con claros roles diferenciados, el idealista e ingenuo (Lars encarnado por Lee Evans), y el pragmático y cínico (Ernie encarnado por Nathan Lane), ambos luchando contra un ratón que se adueñado de una casa heredada (esto también se puede ver parecido a la burtoniana cinta ”Bitelchus”, con el fantasma en el rol del ratón, e incluso a “La Guerra de los Rose”, la lucha por una casa), quedando un desarrollo trepidante donde el humor visual a lo Máquina de Rube Goldberg se apodera de la pantalla, montan do encadenados de situaciones en un in crescendo de humor frenopático, la híper-realidad te atropella dejándote por momentos extasiado (y no es sexo de lo que hablo). Por supuesto que no es una obra maestra, tiene algún altibajo, como que podría haber sido más valiente en su final un tanto acomodaticio. Como curiosidad decir que contó con la participación de William Hickey (conocido sobre todo por su rol de Don Corrado Prizzi en la hustoniana “El honor de los Prizzi”), de una voz áspera que lo hizo único, quien murió poco después de la filmación de la película. Ah, para la posterioridad la Estelar aparición de Christopher Walken en un papel que se nota disfrutó, componiendo uno de esos roles de perturbado que tanto gustan de hacer al actor, pero esta vez desde una descacharrante óptica bufa, radiante caza-ratones.

Film familiar sin más pretensión que hacerte pasar un rato ameno, de que te olvides de tus mundanos problemas, que te sumerjas en un ambientación brillantemente atemporal, donde el humor de varios tipos se dan cita en un aquelarre donde la seriedad y la solemnidad son víctimas, donde los diálogos no son importantes, es la fuerza de lo visual, desbordando imaginación por todos los costados, donde lo ingenioso predomina, haciéndote partícipe de este tsunami del humor, donde las risas serán de los pequeños que la vean, pero también de los mayores, para los que también hay guiños sabrosos. Película en la que se nos habla sobre todo de los fuertes vínculos familiares que nos unen, de cómo la codicia puede envenenarnos, de que hay que respetar las tradiciones familiares.

Vervinski marca el tono de la narración desde el inicio con el funeral del patriarca Rudolph Smuntz (su mantra era: "Un mundo sin cuerdas es caótico"), cuando en medio de una copiosa lluvia salen de la iglesia con el ataúd alzado, las asas se rompen, la caja cae escalones abajo, se abre la tapa y el féretro sale impulsado al aire, entonces cae en posición vertical por el hueco del alcantarillado (la tapa estaba quitada porque unos operarios trabajaban allí), con lo que el tono de sátira toon queda impregnado mezclado con la comedia negra.

Todo el caudal de esta avalancha de gags sobre gag es sostenida con brillo por los dos actores protagonistas (hay un tercero en el ratón sin nombre), Nathan Lane y Lee Evans con una química fabulosa, los dos compenetrados en sus configuraciones contrapuestas, los dos aportando cual yin y yan, imposible no acordarse al verlos a la mítica pareja del Gordo y Flaco, el primero con su nihilismo, su avaricia, su picardía, su manipulación, el segundo con su candidez, nobleza rayando en el quijotismo, frente a su arrogante hermano el pragmático Sancho Panza, entre los dos aúnan todo un torrente fisicidad, expresividad, gestualidad, con esa dosis de histrionismo que le va tan bien a sus papeles; Está la tercera pata actoral, me refiero al majestuoso roedor, tarda en aparecer, pero cuando lo hace se apodera de la pantalla con realismo, se agradece que los productores no nos colaran a un ratón con pajarita, un ser que con su intelecto llevará al límite a sus nuevos “compañeros” de casa, despertando ternura y empatía en el espectador, con lo que nos sentimos involucrados. El roedor fue generado por una combinación de 60 ratones reales, animatrónicos e imágenes generadas por computadora, derivando en una autenticidad que asusta, gracias a la sublime labor de en los efectos visuales de Charles Gibson (“Babe” o “Piratas del Caribe”), y Michael Lantieri (“Quien engañó a Roger Rabbit?” o “Inteligencia Artificial”), y al afamado entrenador de animales Boone Narr, siendo el éxito que nadie distinga los efectos, solo a un juguetón roedor; Capítulo aparte merece Christopher Walken, aparece apenas unos minutos, pero su tramo es en sí un cortometraje con entidad propia, un inquietante Cesar el exterminador que intenta pensar como un ratón, que es golpeado y arrastrado por las entrañas de la casa., un desquiciado que demuestra una vis cómica descojonante, su mirada, sus ademanes, sus soliloquios, su modo de saborear excrementos de roedor, Glorioso;… (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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