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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Aventuras. Drama Francia, siglo XVII. La Reina Ana de Austria espera el nacimiento del heredero de la corona, pero da a luz a gemelos, y uno de ellos es ocultado en España. La joven Constance, la amada de D'Artagnan, se entera por casualidad del secreto, y su vida corre peligro. Pasados los años, D'Artagnan y sus inseparables compañeros se unen para salvar al Rey y a su país de las intrigas del Cardenal Richelieu y el malvado Duque de Rochefort... (FILMAFFINITY) [+]
7 de agosto de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
123/15(31/07/19) Clásico del género de aventuras del cine silente, dirigida por el especialista en la materia Allan Dwan bajo la producción protagonista mítico Douglas Fairbanks (también pone la historia), es una adaptación de la última sección de la novela El vizconde de Bragelonne de Alexandre Dumas, se basa en la leyenda francesa del Hombre de la máscara de hierro. La versión parcial de 1929, titulada The Iron Mask, fue la primera película parlante protagonizada por la leyenda del cine mudo Douglas Fairbanks, aunque hasta hace poco se mostraba en una versión silenciosa. La película está protagonizada por Fairbanks como D'Artagnan, Marguerite De La Motte como su amada Constance, Nigel De Brulier como el intrigante cardenal Richelieu y Ullrich Haupt como el malvado Conde De Rochefort, William Bakewell apareció como los gemelos reales. El lanzamiento original de 1929, aunque principalmente una película muda, en realidad tenía una banda sonora: dos discursos cortos pronunciados por Fairbanks y una partitura musical con algunos efectos de sonido. En 1952, se volvió a emitir, se eliminaron los intertítulos y se agregó una narración expresada por Douglas Fairbanks, Jr. La película original incluía una escena en la que D'Artagnan le cuenta al joven Rey de una vergonzosa aventura que lo involucra a él y a los tres mosqueteros. La historia se cuenta en retrospectiva, pero la versión de 1952 la tiene en orden cronológico con la escena con el Rey recortado. Fairbanks intenta reverdecer viejos laureles, para ello el actor y productor contrató como director que a Allan Dwan, con quien ya había colaborado en Robin de los Bosques (1922), uno de los grandes éxitos de la estrella. Y para asegurarse el triunfo taquillero hizo que su film fuera una especie de continuación de la película de los tres mosqueteros, que Douglas rodó con Fred Niblo a los mandos en 1921. La película no sólo recoge los mismos personajes que los de aquella famosa película, como son D’Artagnan (interpretado por Douglas Fairbanks) y los tres mosqueteros, sino que también vemos actores que repiten papeles, caso de Nigel de Brulier que vuelve a repetir el maravilloso papel del cardenal Richelieu, mientras Leon Bary sigue haciendo de mosquetero. Fue la tercera vez que Douglas Fairbanks hizo de D'Artagnan, Además de The Three Musketeers, también interpretó al aventurero francés en un breve preludio de la comedia de 1917 A Modern Musketeer. El film se convirtió en éxito de crítica y público, marcando para Fairbanks el canto de cisne, pues nunca se adaptó al cine sonoro.

La cinta se convierte en su desarrollo una oda crepuscular al espíritu indomable de los aventureros, un grito a favor de la amistad, un tributo al cien que nos hace evadirnos con historias idealizadas. Aquí acorde con la edad del protagonista (Fairbanks tenía ya 46 años) vemos a un D’Artagnan más melancólico, más nostálgico, más sentimental, con menos escenas acrobáticas (aunque las hay), con menos acción (aunque la hay), pero el entusiasmo juvenil contagioso de pretéritas obras se nota algo desgastado, pero su carisma resulta fulgente. El director demuestra maestría en el manejo trepidante del ritmo, habiendo un mínimo de intertítulos, derivando en una fluidez vibrante.

Relato partido claramente en dos: En la primera asistimos a un día frenético en el que la Reina de Francia está punto de dar a luz, primero en tono de comedia nos presentan a los protagonistas, nos enredan en una conspiración palaciego, todo entrelazado de modo electrizante con la presencia de los icónicos mosqueteros, con tramos de acción, con persecuciones, duelos a espada, saltos peligrosos, muertes dramáticas, y todo en un gran sentido a contrarreloj, todo sucede rápidamente, haciendo enganchar al espectador en su vorágine, hasta desembocar en un clímax intenso, donde D’Artagnan deberá poner en orden sus preferencias y sacrificios. Es en esta parte donde el humor est´ña más presente; La segunda parte acontece varios lustros después, vemos a un D’Artagnan ajado, evocando sus años felices con sus amigos mosqueteros, ejemplificado en la historieta que vemos en flash-back que le cuenta D’Artagnan al monarca recordando sus tiempos juntos. Ahora se verá envuelto en la conspiración del inicio que vuelve para hacer tambalear la corona del Rey Sol. El trio de mosqueteros vuelven, pero lo hacen envueltos en un halo trágico, lo hacen para ayudar al gascón y por ende a la Corona gala, ello en medio de acción bien trenzada.Todo terminando en epílogo de los que se recuerdan por su fuerza emocional (spoiler), maravillosa conclusión.

Douglas Fairbanks como D’Artagan vuelve a demostrar su brío, su energía vital, su alegría, pero ello en una evolución ingeniosa, en el que aprovechando la edad el protagonista, cercana a la cincuentena, se le da un patinado melancólico, sobre todo en lo referente a la elipsis temporal que acontece, donde vemos al mosquetero cual anciano contando al monarca sus batallitas de juventud. Pudiendo verse esto como una alegraría de meta-cine sobre el cambio de los tiempos que tanto daño al actor, pues esta mencionada elipsis puede ser la grieta que hubo entre el cine mudo en que triunfó Douglas, y el cine sonoro donde el actor colapsó; Nigel De Brulier ayudado por su rostro puntiagudo y escuálido da un perfil formidable del intrigante y maquiavélico Cardenal Richelieu, un tipo con fuerte personalidad, irradia perfidia en su pose serena, excelente actuación; Ullrich Haupt como el malvado Rochefort cumple en su papel de siniestro malvado; Los tres mosqueteros resultan un tanto monocordes, planos, D’Artagnan no les deja espacio, son la gran laguna del film, el no darles un mínimo de perfilación de carácter, y en esto cojea, son muletas de su poderoso rol, Léon Bary como el elegante Athos, Tiny Sandford como el fortachón Porthos (as Stanley Standford); Gino Corrado como el clerical Aramis;... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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