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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Intriga. Cine negro. Thriller Un médico aparece asesinado. La principal sospechosa es una mujer que fue vista abandonando el escenario del crimen, pero cuando la policía empieza a investigar hará un sorprendente descubrimiento. (FILMAFFINITY)
27 de julio de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
233/37(27/07/20) Con motivo del fallecimiento con 104 años de la última representante de la Edad de Oro del Cine de Hollywood, Olivia Mary de Havilland (Tokio, 1 de julio de 1916-París, 25 de julio de 2020), la última representante del film más famoso del Séptimo Arte, “Lo que el viento se llevó”. Ganadora de 2 Oscar (por “La vida íntima de Julia Norris” de 1946 y “La heredera” de 1949). He decidido revisionar y hacer la crítica de uno sus grandes tour de forcé con esta película en que debe hacer un doble papel como dos hermanas gemelas en esta “A través del espejo”, thriller psicológico con dosis de cine negro dirigido por el germano Robert Siodmak. Vladimir Pozner, escritor francés de origen ruso, amigo de Picasso, Brecht y Faulkner, exiliado como muchos en USA cuando estalla la guerra en Europa, publicó su relato “The Dark Mirror” en la revista californiana Good Housekeeping, antes de escribir su primer guión, en 1944. Nunnally Johnson (“Las uvas de la ira”), productor y guionista de la productora International Films, compra derechos a Pozner y firma adaptación del relato (siendo nominado por ello al Oscar), poniendo al frente de la realización a Siodmak. Para un relato que bebía de la moda de psicoanálisis freudianos que corría en el Hollywood de los 40, del que “Recuerda” (1945) de Hitchcock era buena prueba de ello. Esta desarrolla un relato noir con intriga y suspense, se adentra en el misterio de del asesinato donde es sospechosa una mujer que tiene una hermana gemela, por lo que no se sabe cuál de ellas es la potencial criminal. Con una ágil presentación de personajes en un comienzo donde ya ha pasado el asesinato central y somos testigos de los interrogatorios que incrimina a la gemela, pero la policía al encubrirse una hermana a la otra se encuentra en un callejón sin salida para dar con la posible culpable, entonces la sustancia de la película residirá en cómo podrá dar la justicia con la gemela ‘mala’.

La cinta tiene un comienzo sugestivo, te atrapa en sus redes por su ingeniosa propuesta, pero a medida que avanza las situaciones derivan en poco creíbles, en muy forzadas, retorciendo los niveles de credibilidad. El juego de análisis psicológico (lo de que a cinco metros de donde trabajan las hermanas [por cierto, como pueden vivir dos mujeres con el sueldo de una quiosquera?] haya un psiquiatra que estudia a gemelas resulta rizar el rizo de la coincidencia) se siente muy superficial, con el test de las manchas de tinta de Rorschach, asociación de palabras o máquina de la verdad, pero me resulta inverosímil que las dos hermanas se presten a este juego del psicólogo justo tras el asesinato, no tiene ni pies ni cabeza este recurso metido con fórceps, que termina convirtiéndose en el núcleo del film, añadiéndose una grimante historia de amor de por medio. Todo ello derivando en un rush final que no se sostiene, hasta llegar a su moralizante final fruto de los Códigos de autocensura.

Olivia de Havilland compone un rol dual extraordinario, pero tiene el defecto que desde el principio se marca a fuego quien es la buena y quien la mala de esta moneda, reflejos de un cristal que para remarcarlo una es zurda y la otra diestra, este carácter que desde el minuto uno que conocemos a las hermanas anula cualquier sorpresa, no hay sutilidad en dosificar la información y esto hace que se convierta la película en algo ordinario, en el comportamiento avieso de la una pérfida y amoral, contra la otra inocentona y dulce, todo falto de complejidad en este aspecto, adentrándose en un simplista tema de envidia infantil. Película rehecha para televisión en 1984 con Jane Seymour como gemelas y Vincent Gardenia como policía.

Olivia de Havilland, jugando un papel gemelo, lleva la carga central de la imagen. Ella es elegida simultáneamente como una chica dulce y comprensiva y su hermana gemela viciosa y latentemente loca. Se comete un asesinato y, si bien se ha identificado positivamente a una niña que salió del apartamento del hombre la noche del asesinato, la otra establece una coartada a prueba de tontos.

Siodmak crea una buena atmósfera de misterio en sus claustrofóbicos escenarios, en el modo de discurrir la narración, en las artimañas de la hermana mala con la buena, en como juega con la personalidad de las dos gemelas. Pwero aun siendo una cinta amena y entretenida, que con su corto de metraje de apenas 80 minutos, queda la impresión de que pudo haber estado muy mucho mejor pulida en sus recursos facilones y previsibles. En no dar profundidad a las hermanas convirtiéndolas en dos entes binarios de buena y villana al uso. Hay un juego subyacente de doppelgänger con el que el metraje apenas roza en sus posibilidades, tirando por clichés ajados.

En la puesta en escena destaca la labor en la fotografía de Milton Krasner (“Eva al desnudo”), bebiendo del expresionismo, con angulaciones, planos holandeses, juegos de sombras, o el leit-motive del reflejo en cristales. También sobresale el espléndido trabajo de Eugen Schüftan, no citado en los títulos de crédito, pero responsable de los efectos especiales que permiten a Ruth encontrar y cruzarse con Terry en el mismo plano con tremendo realismo, incluso con los cánones de hoy día casi 80 años después. Schüftan creó también los efectos visuales de dos grandes films mudos de Friotz Lang como “Los Nibelungos” (1924) y “Metrópolis” (1927), más tarde se convertiría en director de fotografía d entre otras “El buscavidas” (1961).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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