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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Comedia. Drama. Romance Durante la final del mundial de fútbol de Sudáfrica se celebra una boda. Ese día, mientras España entera se paraliza, una familia con cinco hijos de nombres bíblicos (Adán, Benjamín, Caleb, Daniel y Efraín) se enfrenta también al partido más importante de su vida. (FILMAFFINITY)
14 de junio de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
66/07(15/05/14) Insulsa comedia agridulce española con más pretensiones que buenas ideas, una historia coral en que ninguna de las diferentes tramas te agitan a emoción alguna, más bien hay tramos que dan vergüenza ajena. No es que sea mala es que es del montón, una comedia que no hace gracia mezclado con un drama que no te mueve a sentimiento alguno. Ello con el McGuiffin comercial del telón de fondo de la final del mundial jugada por España, elemento que se muestra más como un lastre que como un aliciente, un cebo cogido con pinzas que a los esperaban alguna interacción con este aclamado partido sentirán tanta frustración como los que esperábamos inspiración en la película.

Efraín (inane Patrick Criado) es el hijo menor de una familia de cinco hermanos con nombres de los vástagos del film “Siete Novias para siete Hermanos”, film al que el padre (buen Héctor Colomé), es un enorme aficionado, tenía pensado tener 7 hijos pero el divorcio se lo impidió, de la madre no se habla, el resto de hermanos son Adán (inane Antonio de la Torre), el mayor es un depresivo con problemas económicos, tiene una hija, Fran (buena Sandy Gilberte), gran aficionada al futbol, Benjamín (buen Roberto Álamo), un simpático retrasado mental, Caleb (buen Quim Gutiérrez), un médico que se marchó 2 años atrás a Kenia a ayudar a los necesitados, Daniel (correcto Miguel Fernández), acomplejado por el carisma de Caleb, tiene por pareja a la ex de este, Cris (encantadora Verónica Echegui), Efraín se va a casar con Carla (guapa Arantxa Martí) en la finca paterna el día de la final del Mundial de Futbol de Sudáfrica en que jugaran España contra Holanda, Carla tiene una hermana, Mónica (fresca Sandra Martín) que da síntomas de estar en secreto enamorada de Efraín. Justo antes de las bendiciones el padre sufre un infarto, es postrado en cama y cuidado por Caleb a la espera de poder continuar con la ceremonia, mientras los invitados ven la final en las pantallas habilitadas las rencillas entre hermanos salen a flote dejando relucir secretos familiares.

El director Daniel Sánchez Arévalo nos obsequia con un batiburrillo de ideas irregularmente enlazadas en las que anhela hacer una oda a la familia disfuncional. Un guión que discurre a trompicones, con una atractiva presentación de historia con el muchacho en la escuela relatando como de peculiar es su familia, pero esta frescura inicial se va desinflando entre situaciones que van de lo forzado a lo ridículo, donde solo unos momentos nos sacan de la apatía, y es que lo bueno es un oasis entre tanto desierto de precariedad de ingenio. La composición de hermanos queda un tanto estereotipada, con construcción de personajes muy ligera y superficial, con enfrentamientos entre ellos bastante chirriantes, lo de que Daniel le diga a Caleb que se ha hecho novia de su ex para guardársela es de juzgado de guardia, esto es solo una perlita en un collar muy bien surtido de momentos que provocan el gesto torcido cuando poco, esto para terminar derivando en una resolución a todos los niveles nauseabunda cuando el realizador pretende todo lo contrario (spoiler). Naufraga en los varios frentes que acomete, se dispersa entre tantas subhistorias, los momentos de humor son escasos, porfiados al buen hacer de Roberto Álamo como retrasado pero esto es caer en lo fácil, en lo simplista, asimismo con Raúl Arévalo haciendo un emulo del camarero de “El guateque”, los momento de intensidad dramática chirrían por lo artificioso, en el apartado de romanticismo el calado va de lo intrascendente a lo chusco, como lo es la resolución final, mostrando una telaraña de enredos familiares-sentimentales que en su desarrollo cae por momentos en el tedio. El colmo es que todos esperamos que el gol de Iniesta sea una catarsis y se convierte en algo anticlimático, la montaña ha parido un ratón.

Dos hermanos enamorados de la misma chica, dos hermanas enamoradas del mismo chico, otro hermano que quiere robarle a el padre en su caja fuerte el oro, oro que no se sabe de dónde viene, y el susodicho disminuido mental que todo le parece bien, a esto se suma un padre muy mal construido, y la hija pizpireta hija de Adán la única futbolera y con la mejor frase de la cinta <Papa es que soy lesbiana? Todas mis amigas quieren tirarse a Iker Casillas y yo quiero meterle un gol>, y está Cris, chica que se debate de modo ramplón entre los dos hermanos, Caleb y Daniel.

Es un devenir de momentos absurdos que se suman en un sinsentido, como el cartel sobreimpresionado de donde será el bodorrio, como el sonrojante baile pre-boda de los familiares para acercarse al altar, como Carla destapando que no está embarazada (pero por que ha fingido? pero como es que nadie de su entorno se ha dado cuenta?), y lo corona con <Y ahora quiero que gane Holanda>, tierra trágame, como el robo de Adán a la caja fuerte de su padre, como el ñoño video-clip de la relación del trío Carla-Efraín-Mónica, y más y más que tienen su colofón en un final calamitoso (continua en spoiler por falta de espacio).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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