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Voto de TOM REGAN:
6
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6,6
860
Drama
Andreas (Rutger Hauer) es un vagabundo más de los muchos que viven bajo los puentes de París. Cuando recibe de un desconocido la suma de doscientos francos, con la única condición de devolverlos como ofrenda a la imagen de una santa, emprende un peregrinaje de carácter fundamentalmente espiritual para ser digno del favor recibido. Fábula sobre la redención y la dignidad personal. (FILMAFFINITY)
1 de marzo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
40/17(24/02/20) Prometedora (que termina diluyéndose) fábula escrita (junto a Tullio Kezich) y dirigida por Ermanno Olmi, basándose en la novela escrita en 1938 y publicada en 1939 del novelista austríaco Joseph Roth (siendo la última obra realizada en vida por Roth, que no llegaría a verla editada). Versando el relato sobre como un vagabundo (Andreas Kartak encarnado por un notable Rutger Hauer) que duerme bajo los puentes del Sena parisiense, que una mañana le es dado 200 francos por un extraño (Anthony Quayle), y él se compromete a devolver el dinero el domingo siguiente a Santa Thérèse de Lisieux en la iglesia de Sainte Marie des Batignolles. Comenzando entonces una odisea con varias etapas en los encuentros que tiene el protagonista y que una y otra vez le impiden cumplir con la devolución, teniendo mucho que ver sus problemas con el alcoholismo. Esta historia que sobre el papel resulta sugestiva va perdiendo fuelle conforme avanza el metraje, con un ritmo cansino, letárgico, donde la lentitud es confundida con la profundidad, donde la escasez de diálogos hace más espeso el metraje, pues estos lapsos silentes no suman, y cuando las palabras hacen acto de presencia son poco interesantes. Intenta tocar el tema del destino frente la Condición Humana de cada uno, mezclado esto con el carácter elegiaco-religioso, donde el protagonista se emparenta con un Santo por su bondad cuasi-samaritana con todo el que se cruza, pero su sino de mártir perdedor queda patente ante sus bajos instintos. Pero esto queda desarrollado de modo tedioso, con toques entre el surrealismo, el absurdo y lo kafkiano, y como resultado quedo yo bostezando, dándome igual al final si entregará la plata o no. Pero para demostrar que a veces lucho contra molinos de viento, el film que ganó el León de Oro de Cine de Venecia bajo la presidencia de Sergio Leone. También ganó cuatro premios David di Donatello (por mejor película, mejor director, mejor cinematografía y mejor edición) y dos cintas de plata (por mejor director y mejor guión). Fue seleccionado como entrada italiana para Mejor Película en Lengua Extranjera en los Oscar, pero no fue aceptada como nominada.
A partir del mencionado prólogo en que Andreas obtiene el dinero, se suceden varios encuentros con personas de su pasado que dan perfil al protagonista, esta inmersión en su pasado potenciado por varios flash-back donde vemos a Andreas en Silesia de minero. Recordándome el relato al Sisifo y su castigo mítico de arrastrar una piedra montaña arriba hasta su cima y poco antes de llegar caer y tener que recogerla abajo y vuelta a empezar sin fin., algo así es la misión de este ‘borracho’ llevando los 200 francos al borde de su meta y allí quedarse sin ellos y vuelta a empezar. Unja historia donde se mezcla de modo melancólico la fábula, lo onírico, lo místico, lo milagroso, y lo terrenal. Pero lo defectuoso es que con tanta radiografía de su pasado nunca se sabe que le ha llevado a dormir bajo un puente tapado con periódicos, o quizás esto queda mostrado veladamente cuando notamos su personalidad volátil carpe diem, sin importar el mañana, pues se gasta dinero inútil en una buena cartera para el dinero en vez de aprovecharlo en una manta por ejemplo, o como nunca le vemos busca trabajo, y cuando este le ‘embiste’ lo deja a los dos días. Un tipo que cual Forrest Gump vive cual pluma mecida por el viento de su suerte/destino, que nunca aprovecha. Es un tipo con el que no conecto, me resulta grimante su modo de comportase. Tal vez tiene que ver con aquella fábula del escorpión y la rana, y su moraleja de es mi Naturaleza que suelta el artrópodo al anfibio, así que sus intenciones pueden ser siempre muy buenas, pero sus instintos primarios prevalecen en su gusto desmedido por el alcohol. Con lo que introducir varios personajes que se cruzan con él como el samaritano, el amigo boxeador, el amigo parásito, o la amante, son apósitos que solo alargan la trama sin sumar demasiado, para volver a caer una y otra vez en el bar con sus reiteraciones que termina por alejarme y enfriarme, en una espiral donde el perdedor vuelve a mostrar su condición una y otra vez.
La película toca el tema de los milagros en varias ocasiones (“ Estos últimos días he comenzado a creer en los milagros", llega a decir Andreas), ello se da con el extraño que le da los 200 francos, el desconocido del bar que le da trabajo, el dinero que encuentra en la cartera que compra, el antiguo amigo boxeador que le regala un traje, se le pierde la cartera y al devolvérsela un policía hay mucho dinero en ella. Esto entronca con el carácter soterrado religioso de la historia, donde incluso se sugiere que Andreas tiene encuentros con una niña que se sugiere sea Santa Therese (Dalila Belatreche), marcando esto el sino místico de esta singular odisea, siendo el zenit que su objetivo sea entrar en una Iglesia a dejar un dinero, pero cual mencionado Sisifo parece no poder cumplir con su tarea.
Además de tener demasiadas reiteraciones y situaciones un tanto de relleno bucólico, deriva a una cinta pesarosa en su ritmo plomizo, haciendo su tramo final alargado, no sabiendo el director sintetizar para que no aparezca el tedio, y es que los tiempos de un libro no son los de una película.
A partir del mencionado prólogo en que Andreas obtiene el dinero, se suceden varios encuentros con personas de su pasado que dan perfil al protagonista, esta inmersión en su pasado potenciado por varios flash-back donde vemos a Andreas en Silesia de minero. Recordándome el relato al Sisifo y su castigo mítico de arrastrar una piedra montaña arriba hasta su cima y poco antes de llegar caer y tener que recogerla abajo y vuelta a empezar sin fin., algo así es la misión de este ‘borracho’ llevando los 200 francos al borde de su meta y allí quedarse sin ellos y vuelta a empezar. Unja historia donde se mezcla de modo melancólico la fábula, lo onírico, lo místico, lo milagroso, y lo terrenal. Pero lo defectuoso es que con tanta radiografía de su pasado nunca se sabe que le ha llevado a dormir bajo un puente tapado con periódicos, o quizás esto queda mostrado veladamente cuando notamos su personalidad volátil carpe diem, sin importar el mañana, pues se gasta dinero inútil en una buena cartera para el dinero en vez de aprovecharlo en una manta por ejemplo, o como nunca le vemos busca trabajo, y cuando este le ‘embiste’ lo deja a los dos días. Un tipo que cual Forrest Gump vive cual pluma mecida por el viento de su suerte/destino, que nunca aprovecha. Es un tipo con el que no conecto, me resulta grimante su modo de comportase. Tal vez tiene que ver con aquella fábula del escorpión y la rana, y su moraleja de es mi Naturaleza que suelta el artrópodo al anfibio, así que sus intenciones pueden ser siempre muy buenas, pero sus instintos primarios prevalecen en su gusto desmedido por el alcohol. Con lo que introducir varios personajes que se cruzan con él como el samaritano, el amigo boxeador, el amigo parásito, o la amante, son apósitos que solo alargan la trama sin sumar demasiado, para volver a caer una y otra vez en el bar con sus reiteraciones que termina por alejarme y enfriarme, en una espiral donde el perdedor vuelve a mostrar su condición una y otra vez.
La película toca el tema de los milagros en varias ocasiones (“ Estos últimos días he comenzado a creer en los milagros", llega a decir Andreas), ello se da con el extraño que le da los 200 francos, el desconocido del bar que le da trabajo, el dinero que encuentra en la cartera que compra, el antiguo amigo boxeador que le regala un traje, se le pierde la cartera y al devolvérsela un policía hay mucho dinero en ella. Esto entronca con el carácter soterrado religioso de la historia, donde incluso se sugiere que Andreas tiene encuentros con una niña que se sugiere sea Santa Therese (Dalila Belatreche), marcando esto el sino místico de esta singular odisea, siendo el zenit que su objetivo sea entrar en una Iglesia a dejar un dinero, pero cual mencionado Sisifo parece no poder cumplir con su tarea.
Además de tener demasiadas reiteraciones y situaciones un tanto de relleno bucólico, deriva a una cinta pesarosa en su ritmo plomizo, haciendo su tramo final alargado, no sabiendo el director sintetizar para que no aparezca el tedio, y es que los tiempos de un libro no son los de una película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Rutger Hauer encarna al vagabundo con una expresividad parca, otorgando el nihilismo adecuado para que te creas a este Don Nadie alcohólico; resto de secundarios son presencias con poco peso dramático, si acaso destacar a Jean-Maurice Chanet como Daniel Kaniak, viejo amigo de Andreas, desplegando gran carisma en su energía. En realidad Chanet fue un campeón de peso pesado aficionado francés en 1984 y 1985. En abril de 1985 comenzó su carrera profesional, que continuó hasta junio de 1995. Ganó el Campeonato francés de peso pesado en 1988 y 1989, ganó el Campeonato europeo de peso pesado contra Derek Williams en febrero de 1990 y defendió con éxito el cinturón en la revancha directa en mayo de 1990. En octubre de 1990, perdió prematuramente ante Lennox Lewis. Sufrió otra derrota en septiembre de 1992 contra Herbie Hide. Esta fue su única incursión en cine.
En la puesta en escena destaca la macilenta cinematografía del italiano Dante Spinotti (“Heat” o “L.A. Confidential”) que otorga al escenario de París unas tonalidades grisáceas propias de cielos nublados, donde el sol no aparece, patinados terrosos, componiendo toques dramáticos en ese bar (el de en frente de la Iglesia) en la penumbra, impregnando de decadencia los salones de baile, los hoteles, los cafés, emitiendo un aire melancólico que te toca. Siendo mayormente los planos generales, sobresalen los incisivos primeros planos al protagonista que proyectan sus límpidos ojos azules, cual reflejo de su pureza e ingenuidad; Para la música el director eligió tres piezas musicales escritas por el ruso Ígor Stravinski, Divertimento, Sinfonía en do y Sinfonia di Salvi per Coro: Salmo 40 o Salmo 40, esta última con mensaje subliminal, pues en el Salmo 40 en la Biblia es la canción de alabanza del Rey David “Esperé pacientemente al Señor; se volvió hacia mí y escuchó mi llanto. Me sacó del pozo viscoso, del barro y lodo. Puso mis pies sobre una roca y me dio un lugar firme para estar de pie... ".
Spoiler:
En realidad nos cuenta la historia de un tipo sin cabeza, un inocentón que cuando tiene dinero es un hedonista que se gasta el dinero en lujos, nunca piensa en el mañana, solo en bacanales que siempre acaban en tristes borracheras solitarias en un bar deprimente y oscuro, y a adormir la mona bajo un puente. Pero si llega a tener 1000 francos que se gasta sin saber que den de si para tener algo. No es más que un vago borrachín.
Si vamos a la historia original, se sabía que Joseph Roth tenía problemas con el alcohol, por lo cual era imposible no relacionar la ficción con la vida misma de su autor, que ni siquiera pudo llegar a ver publicada su obra, ya que fallecería en mayo de 1939, meses antes de la publicación. Es por ello que encierra cierto misterio, ya que no se termina de saber el punto de inflexión real que tuvo Roth al escribirla. Los análisis póstumos, tanto del relato de Roth, como la adaptación cinematográfica de Olmi, hablan sobre una historia de redención y dignidad personal.
Me queda un film que por partes resulta mejor que en conjunto, sumando un arranque sugerente que provoca interés. No es un mal film, pero esperaba mucho más de él. Fuerza y honor!!!
En la puesta en escena destaca la macilenta cinematografía del italiano Dante Spinotti (“Heat” o “L.A. Confidential”) que otorga al escenario de París unas tonalidades grisáceas propias de cielos nublados, donde el sol no aparece, patinados terrosos, componiendo toques dramáticos en ese bar (el de en frente de la Iglesia) en la penumbra, impregnando de decadencia los salones de baile, los hoteles, los cafés, emitiendo un aire melancólico que te toca. Siendo mayormente los planos generales, sobresalen los incisivos primeros planos al protagonista que proyectan sus límpidos ojos azules, cual reflejo de su pureza e ingenuidad; Para la música el director eligió tres piezas musicales escritas por el ruso Ígor Stravinski, Divertimento, Sinfonía en do y Sinfonia di Salvi per Coro: Salmo 40 o Salmo 40, esta última con mensaje subliminal, pues en el Salmo 40 en la Biblia es la canción de alabanza del Rey David “Esperé pacientemente al Señor; se volvió hacia mí y escuchó mi llanto. Me sacó del pozo viscoso, del barro y lodo. Puso mis pies sobre una roca y me dio un lugar firme para estar de pie... ".
Spoiler:
En realidad nos cuenta la historia de un tipo sin cabeza, un inocentón que cuando tiene dinero es un hedonista que se gasta el dinero en lujos, nunca piensa en el mañana, solo en bacanales que siempre acaban en tristes borracheras solitarias en un bar deprimente y oscuro, y a adormir la mona bajo un puente. Pero si llega a tener 1000 francos que se gasta sin saber que den de si para tener algo. No es más que un vago borrachín.
Si vamos a la historia original, se sabía que Joseph Roth tenía problemas con el alcohol, por lo cual era imposible no relacionar la ficción con la vida misma de su autor, que ni siquiera pudo llegar a ver publicada su obra, ya que fallecería en mayo de 1939, meses antes de la publicación. Es por ello que encierra cierto misterio, ya que no se termina de saber el punto de inflexión real que tuvo Roth al escribirla. Los análisis póstumos, tanto del relato de Roth, como la adaptación cinematográfica de Olmi, hablan sobre una historia de redención y dignidad personal.
Me queda un film que por partes resulta mejor que en conjunto, sumando un arranque sugerente que provoca interés. No es un mal film, pero esperaba mucho más de él. Fuerza y honor!!!