166/15/18/05/11) Inane film perteneciente al subgénero de juicios, es una adaptación de una novela de Michael Connelly, especialista en género policiaco del que ya llevó a la pantalla Clint Eastwood “Deuda de sangre”. Esperaba algo destacable, algo original, pero mi gozo en un pozo, este es un producto de consumo rápido, se ve tan fácil como se olvida. Incluso su protagonista sufre una evolución incoherente, comienza como un personaje amoral, un abogado-buitre que solo le importa el dinero, para de buenas a primeras verlo sumido en un océano de tormento por poder estar defendiendo a un culpable, no me lo creo. El argumento gira en torno a Mickey Haller (correcto Matthew McConaughey), un petulante abogado sin escrúpulos que defiende a todo tipo de criminales es contratado para defender a Louis Roulet (correcto Ryan Philippe), un joven de familia millonaria, es acusado de propinar una salvaje paliza a una prostituta, el sostiene que es víctima de una trampa, todo es un complot en el que es la víctima y que la meretriz lo que quiere es sacarle pasta. La historia posee un buen ritmo que consigue envolverte con muy buen arranque pero a medida que el caso central comienza a desarrollarse tópicos y más tópicos discurren por la pantalla, todo resulta manido, son personajes calcados a otros que ya hemos visto, incluso la gran baza que es el misterio sobre la culpabilidad o no de Roulet se despeja casi al principio, fallo gordo, hay personajes que son decorativos, importancia cero, son apósitos de relleno desaprovechados como la gran Marisa Tomei que solo parece estar para rellenar minutos, su ausencia no se hubiera notado, o el magnífico Bryan Cranston (Breaking Bad), o William H. Macy (Fargo), muy buenos actores que nada aportan, todo ello con un final simplón, esperaba un toque final que nos dejara sorprendidos de algún modo, pero no es tan insulso como su desarrollo. Recomendable a los incondicionales del cine de juicios. Fuerza y honor!!!