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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Bélico. Drama En 1937, durante la segunda guerra chino-japonesa, John (Christian Bale), un maquillador de cadáveres, llega a una iglesia católica de Nankín para preparar al párroco antes de su entierro. Las terribles acciones del ejército invasor japonés lo convierten a su pesar en protector de las alumnas de un convento y de las prostitutas de un burdel cercano. Tendrá entonces la oportunidad de saber qué significan el sacrificio y el sentido del ... [+]
31 de marzo de 2022
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92/25(21/03/22) Buen film bélico chino, aun con sus taras, consigue emocionarte en varios momentos, así como expop0ner algunos bellos tramos que hacen que sus más de dos horas sean en conjunto muy recomendables. Dirigida por Zhang Yimou y protagonizada por Christian Bale, Ni Ni (tras Gong Li, es la nueva musa del realizador chino), Zhang Xinyi, Tong Dawei, Atsuro Watabe, Shigeo Kobayashi y Cao Kefan. El guión de Heng Liu (“Ji jie hao”) se basa en la novela de Geling Yan “13 Flores de Nanjing”, inspirada en el diario de Minnie Vautrin, la historia se desarrolla en Nanking-China, durante la Masacre de Nanking de 1937 (uno de los mayores crímenes contra la humanidad perpetrado en la ciudad y saldado con 300.000 víctimas y más de 20.000 niñas y mujeres violadas; Atrocidad abordada dos años antes en otro film chino, “Nanjing! Nanjing!” de Lu Chuan) en la Segunda Guerra Sino-Japonesa, centrado en un grupo de fugitivos de diverso ‘pelaje’, que encuentran refugio en el recinto de una iglesia, intentan sobrevivir a las atrocidades japonesas. Con un presupuesto de 94 millones de dólares, es la película más cara del cine chino, y cuando se estrenó en su país a finales de 2011, fue un gran éxito comercial (recaudó 95 millones de dólares).

Una película que tiene su sustancia en la evolución de los personajes, de cómo son al inicio y como son al final, hablándonos de los prejuicios, la solidaridad, el sacrificio por un bien mayor, ello en medio del horro más avernal de la guerra, exponiendo el valor y capacidad humana por superar las dificultades ayudándonos los unos a los otros. El terror de la guerra es visto mediante escaramuzas, coletazos de la ocupación nipona de la capital entonces china (aunque en escenas rebosantes de una brutalidad arrolladora), el núcleo está en la relación entre un grupo de chicas religioso-católicas, otro de meretrices (lideradas por el rol encarnado por la bella Ni Ni) venidas a esconderse al lugar, y en medio el joven ‘guarda’ (notable Tianyuan Huang transmitiendo mundo interior), y un advenedizo estadounidense llegado al sitio para arreglar el cadáver del sacerdote encarnado por Chrisitian Bale, como reclamo internacional de la cinta, que da una muy buena actuación, con su carisma intrínseco, aunque su desarrollo resulta harto predecible, plano en este sentido. Aunque en su debe está su previsibilidad, que nada te sorprende, lo que va a suceder se ve venir de lejos, y que el genocidio vivido por los chinos se pueda convertir en parte en el heroísmo y valentía de un estadounidense puede llegar (y con razón) a chirriar e incluso a molestar, y es que se nota que el rol de Bale (aun estando muy bien en su papel) es un apósito innecesario para contar la historia, que además le colocan un romance culminado que me resulta estridente para lo que nos cuentan. Pero esto no opaca un sugestivo film, poseyendo un final conmovedor e incluso abierto, sin dártelo todo masticado que es de agradecer.

La película se inicia en plan “Salvar al soldado Ryan”, con una secuencia asfixiante de belicismo tronante, un cuarto de hora abrasante en su crudeza, asistimos a un combate entre los escombros de una ciudad, entre dos batallones enemigo de japos y chinos, y entre medias vemos a civiles intentado escapar del averno de la muerte, con balaceras, morteros, granadas, tanques, sangre a borbotones, muertes, heridos, una ópera del Infierno rodada con mucho slow para enfatizar el terror imperante, con secuencias de norme lirismo visual (esas cuerdas de laúd rompiéndose y con sus sonido particular), con imágenes que nos retrotraen al holocausto en los campos de exterminio nazis cuando vemos los cadáveres amontonados, ello con el ‘adorno’ de una niebla de polvo blanco cubriéndolo todo como señal de muerte. Así, en medio de esta vorágine, conoceremos a los protagonistas intentando llegar a su (esperan) santuario de la catedral, teniendo que sortear esta espiral de muerte bélica. Para a continuación asentarnos en el mencionado templo cristiano, donde conoceremos la personalidad nihilista de John Miller, un borrachín mujeriego, que le echa el ojo a una bella prostituta del grupo. Pero la irrupción de un grupo de soldados japos que irrumpen en las instalaciones con ganas de violar a las niñas hace que John se replantee su condición de esconderse, y tiene una epifanía (un tanto forzada), y tomará partido. A partir de aquí vira la historia, veremos la interrelación entre las jóvenes y las meretrices, tiranteces que hacen reflejar la intolerancia al de diferente condición, de cómo ambas féminas recelan unas de las otras. Exponiendo un microcosmos, una burbuja en medio del horror, ello a la espera del momento fatídico en que deben 13 jóvenes ir a un destino incierto (seguramente fatídico). Pero en este entorno Yimou sabe dotar de sentimientos a los personajes, haciéndolos humanos en sus virtudes y falencias, con humor, y emociones a flor de piel. Aunque falta caracterización de los dos grupos, ninguna de las niñas tiene individualidad, son pétreas en sus sentimientos, van al unísono, y entre la prostitutas solo la ´líder’ Yu Mo (una sensual Ni Ni, en una estimable interpretación) que habla inglés tiene alma, el resto se aplica lo mismo que a las adolescentes.

Destaca el gran uso sensorial que el director impone en la cinta, con un sentido visual sibarita, ello asistido por la fenomenal cinematografía de Xiaoding Zhao (“La casa de las dagas voladoras” o “La Gran muralla”), componiendo situaciones de una belleza esplendorosa, como es el manejo dramático del rosetón y vidrieras de la catedral para hacer que se filtre la luz en diferentes cromatismos (apabullante cuando un disparo atraviesa el cristal en slow); como el simbolismo emergente de las estanterías con libros colocadas por las jóvenes para taponar la entrada de los japoneses, y estas caen esparciéndose todo por el suelo cuando estos soldados irrumpen, en metáfora de que la cultura es derribada por los bárbaros;... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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