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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Drama Es Nochebuena en Argentina. Un escritor famoso que no es feliz y que decide viajar al encuentro de su amada; un médico que quiere ligar con una española, y un odontólogo loco por encontrar el juguete que su hijo quiere de regalo. Una ácida visión sobre la otra cara de la navidad, donde la clase media insiste en sostener una celebración que ya ha perdido su naturaleza. Todos la festejan, pero se centra en los que quedan fuera: los ... [+]
28 de agosto de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
285/45(27/08/20) Irregular film argentino enmarcado en el sub género de historias cruzadas, única dirección en largometraje del rosarino Lucho Bender (murió con 46 años en Barcelona de un infarto de miocardio el 6 de julio de 2004 a las dos de la mañana, mientras se encontraba llevando a cabo negociaciones para su nuevo film). El guión es obra del propio Bender junto a Pablo Cedrón (actor en el film que hace del doctor Rodolfo), creando un mosaico de historias que transcurren en la noche de la Navidad en Buenos Aires y alrededores. Una mezcla de comedia y drama para exponer el contraste entre la artificiosa felicidad de la Navidad frente a la realidad de unos personajes solitarios en busca de calor humano. Unos relatos en que se dan cita la necesidad de tener compañía, donde me chirría el del registro policial a un piso de un ladrón, es bueno por sí solo, pero en el tono melancólico de la cinta me resulta desencajado. UN refleja de un mundo mugriento, feista, en mezcolanza con las fechas estivales, quedando un desesperanzado retrato de una sociedad cainita y egoísta. Queriendo Bender abarcar mucho pero apretar poco,

Juan Sikora (Luis Machín) es un escritor relativamente exitoso, pero no es feliz: su corazón se debate entre la mujer que está sentada a pocos metros de él, en un hipergenérico Bar Mitzvá de Santa Rosa, y una joven que vive en Buenos Aires. Desesperado, intenta cruzar el espacio que lo separa de esta última en el peor momento del año, las horas previas a la Navidad. Haciendo el viaje a Buenos Aires con el humorista (Carlos Belloso) de la fiesta que lo lleva en su auto; Microhistoria de una travesía, donde el cómico intenta animar a su triste pasajero, encuentro una relación sin sustancia, que cuando se separan aún no ha habido vínculo alguno entre ellos: Solo encuentro reseñable el encuentro de Sikora con unos emigrantes en un camión, felices cantando a pesar de sus penurias frente a la situación del escritor. Pero esto me resulta en esbozo simplista a pie de página. Y en la parte del cómico me queda otro borrador de algo que se quiere exponer, pero apenas se atisbad de un tipo de escaparate de sonrisa forzada y por dentro la soledad.

El médico Rodolfo Plataña (Pablo Cedrón) tuvo una tarde agitada: trajo una vida al mundo y vio cómo otra se le iba de las manos. Su seriedad se descompone cuando sale del hospital y enfrenta la calle, transformándose en un peatón. Está solo. Busca la compañía de la bella Laura (la española Silke), a quien acaba de conocer en una librería. Hasta que un lisiado se cruza en su camino para pedirle que empuje su destartalada silla de ruedas "hasta acá nomás, a unas cuadritas". El inválido también está solo, y hará todo lo posible por retener la compañía de Plataña; Una microhistoria que se parte en dos. Primero está el modo grotesco y en formato lapa repelente del doctor a Laura, propio de que llame a la policía por acoso, no me creo nada, un tipo ordinario llevando una caja de zapatos intentando camelarse a una hermosa joven me resulta entre inverosímil y de ciencia ficción, no hablemos ya de que encima tiene éxito, tomadura de pelo total. Por no hablar de lo plúmbeo de la personalidad de Laura un mero bello florero del que no sabemos nada más que también le acosa un escritor. Está la otra sub trama en la que se abre, la de como un lisiado en silla de ruedas (Marcelo Mazzarello) por la calle pide ayuda a Rodolfo, para que lo lleve a su piso, y como el paralítico se va aprovechando de la generosidad del doctor para que le haga cosas en su vivienda, cuando en realidad queda subyacente que no desea estar solo. Relato que me es muy esquemático, entiendo lo que quiere decir pero me es muy superficial, tampoco ayuda a ver al actor Mazzarello con un pelucón que canta más que David Bisbal, en un rol que podría haber dado juego, frente a una Silke más estirada que el palo de la luz.

Julio Debiasi (Gastón Pauls) es un odontólogo, sólo aspira a conseguir ese robot que sale en las propagandas, el que echa humo por la cabeza. No hay otra cosa que su hijito añore más. Pero ya es demasiado tarde, la publicidad surtió efecto: no hay un solo robot en las pocas jugueterías aún abiertas. Pero todo puede ser peor, cuando casi se dé por vencido, Julio será forzado a actuar como testigo de un registro policial, junto a otro testigo en la figura de un anciano (Federico Cammarota) que desea que lo dejen ir con su familia; Muy divertido como los polis pasan de agentes de la ley rutinarios ladrones que se aprovechan de su poder, en conjunción con su egoísmo de no querer dejar marchar a los dos testigos cogidos al azar de la calle, ello con argumentos peregrinos de pretendido filosofismo, como que uno en la vida hace más cosas que no le agradan que las que le gustan. Pero todo esto me queda una bizarrada, a la que se le quiere dar un fondo dramático de calado con su epílogo, pero no he conectado con el viejo, me resulta una figura sin carácter. Donde lo único subyacente es el buenismo del dentista queriendo que ‘liberen’ al viejecito. Quizás Bender quiso exponer una crítica a como las autoridades que deben velar por nuestra seguridad terminan por ser unos abusones, ello en un tiempo convulso en Argentina (y cuando no?). Teniendo eso sí, aquí las mejores actuaciones en los carroñeros policías, sobre todo por un carismático y sensacional Cacho Castaña y el vecino amanerado metomentodo encarnado por Alfredo Casero.

Me queda una cinta amena, que pretende mucho más de lo que puede, quedándose cual cómico de la escena final en medio de la nada. Y es que la película parece adornada por un halo tristón donde no hay catarsis y todo parece un más y más indolencia anímica.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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