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Voto de TOM REGAN:
7
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810
Drama
Historia sobre el polémico recuento de votos en Florida tras las elecciones presidenciales estadounidenses del año 2000, asunto que resolvió el Tribunal Supremo, otorgando la victoria al candidato republicano George W. Bush, que se enfrentaba al demócrata Al Gore. (FILMAFFINITY)
16 de noviembre de 2016
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210/05(10/11/16) Meritorio film producido para la gran HBO y realizado por Jay Roach, con unos actores estelares (Kevin Spacey, Tom Wilkinson, Ed Begley Jr., Laura Dern, John Hurt, Denis Leary,...) en papeles que brillan, un mordaz análisis (8 años después de los hechos) de uno de los hechos históricos más controvertidos de los últimos tiempos en Estados Unidos, como fue la polémica victoria en las elecciones a la Casablanca para el año 2000 del republicano George W.Bush (entonces gobernador de Texas) sobre el demócrata Al Gore (entonces vicepresidente USA), tras un reñido empata en toda la nación la batalla se trasladó durante 36 días (del 7 de noviembre, fecha de las elecciones, al 12 de diciembre, cuando tras un fallo del Tribunal Supremo Al Gore reconoció su derrota) al estado de Florida (gobernado por Jebb Bush, hermano del candidato presidencial), donde le recuento era fue “guirigay”. Crónica de unos sucesos sonrojantes en la contemporánea USA, produciéndose una carrera contrarreloj entre un bando y otro, con demandas y contrademandas para que los votos fuesen contados, provocando que el soleado estado fuera el centro del país (y por ende mundial), una contienda donde la verdad, la justicia y lo correcto fueron elementos difusos y ambiguos. El guión es de Danny Strong (“El mayordomo”) y tiene la ingeniosa habilidad de hacernos algo que podría haber sido de textura espesa, la convierte con el buen quehacer del director en algo ágil y de muy fácil visión, componiendo un mosaico de la situación electrizante, construyendo personajes con carácter, carisma, fuerte personalidad, con diálogos y situaciones que enganchan, yendo a lo primordial, sin subtramas que desvíen la atención de lo importante. Esto sorteando el hándicap de que todos sabemos el final de la historia, a pesar de ello consigue atraparte en su red de momentos tensos, en sus dilemas morales, en mostrarnos un submundo de leguleyos arteros enfrentados a toros pardillos. La cinta escoge uno de los bandos como el bueno, el demócrata, y los republicanos pasan a ser los malos, pero esto Roach lo hace sin caer en la caricatura, otorgándoles alma, y no haciéndolos villanos, son solo gente defendiendo a los suyos, tipos con sentido del deber. La cinta deja entrever que la elección presidencial fue un fraude, pero no pueden demostrarlo, también tienen para atizar a los demócratas por su falta de valentía en algunos momentos para ir más allá. Un ejercicio reflexivo, entretenido y muy didáctico sobre como la considerada mayor democracia del mundo se libra del ridículo, para mí lo es que un país avanzado no sea capaz de contar sus votos por personas, y lo deje en una maquina. El director destinado a dirigir era Sydney Pollack, dejó el proyecto debido a enfermedad entonces no revelada, Pollack murió de cáncer el 26 de mayo de 2008, un día después de que “Recuento” se estrenó en HBO, a él está dedicado el film.
Aquí se demuestra que desgraciadamente la democracia actual dista de ser un sistema perfecto, posee sus grietas por donde se cuela lo complejo que puede subvertir la voluntad de un pueblo, una volubilidad que la hace frágil y manipulable, moldeable a antojo de los más “listos” o “despiadados”. El desarrollo resulta de una fluidez espléndida a la hora de hacernos inteligible toda una amalgama de nombres y conceptos legales, personajes que hace tridimensionales en pocos trazos, con una frase, un diálogo o un gesto, llegando a humanizar a esta jungla de depredadores de la presidencia, convirtiendo lo que podría convertirse en un aséptico docudrama en una cinta atractiva y sugerente. La historia es enfocada hacia las trincheras de la batalla, personajes casi todos desconocidos, los aspirantes son cuasi-sombras que se oyen y se ven escasamente, aquí el peso son los soldados desconocidos con su sentido del deber. Sabe combinar la realización ambos lados de los contendientes, no hay manierismos simplistas, se ahonda en el modo en que cada frente “atacaba” y “contrarrestaba”, con pequeñas victorias y derrotas que aumentan el desconcierto y la imprevisibilidad (por lo menos hasta el sabido final), imperando un tono distendido, sin querer hacer sangre, para ello se nota un revestido de humor que hace que la sequedad (puede) del relato se haga muy digerible y amenizable.
Jay Roach demuestra pericia en recursos narrativos que aportan clarividencia para darnos una mejor visión de los hechos: como lo de que veamos todos los fallos que se pueden dar en Florida picando las papeletas, o en el recuento de máquinas; como cuando vemos la opinión de algunos jueces con su correspondiente puesto por tal presidente; como que los equipos de legales se enteren de los diferentes avances por las noticias de la CNN; como la ágil utilización de material de archivo de las televisiones para dar un contexto del momento convulso.
La puesta en escena resulta notable, sin alardes, pero con gran realismo verité, con un estimable diseño de producción de Patti Podesta (“Memento”), filmando en su mayoría en Tallahassee (Florida), en el ayuntamiento, el palacio de justicia federal, y en frente del edificio del Capitolio de la Florida, otras escenas rodadas dentro de la sala real de la Corte Suprema de la Florida, algunas escenas filmadas en Jacksonville, Florida, esto bajo la buena fotografía de Jim Denault (“All the way”), de mucha luminosidad, destacando asimismo el fenomenal trabajo de edición de Alan Baumgarten (“American Hustle”), sabiendo alternar con frescura imágenes de archivo con la ficción. La música corre a cargo del veterano Dave Grusin (“El graduado”), de aires de piano jazzistico, sobresale el tema final “I won’t back down” de Tom Petty, alusivo a la historia mientras vemos les créditos conclusivos sobre imágenes de archivo.
Aquí se demuestra que desgraciadamente la democracia actual dista de ser un sistema perfecto, posee sus grietas por donde se cuela lo complejo que puede subvertir la voluntad de un pueblo, una volubilidad que la hace frágil y manipulable, moldeable a antojo de los más “listos” o “despiadados”. El desarrollo resulta de una fluidez espléndida a la hora de hacernos inteligible toda una amalgama de nombres y conceptos legales, personajes que hace tridimensionales en pocos trazos, con una frase, un diálogo o un gesto, llegando a humanizar a esta jungla de depredadores de la presidencia, convirtiendo lo que podría convertirse en un aséptico docudrama en una cinta atractiva y sugerente. La historia es enfocada hacia las trincheras de la batalla, personajes casi todos desconocidos, los aspirantes son cuasi-sombras que se oyen y se ven escasamente, aquí el peso son los soldados desconocidos con su sentido del deber. Sabe combinar la realización ambos lados de los contendientes, no hay manierismos simplistas, se ahonda en el modo en que cada frente “atacaba” y “contrarrestaba”, con pequeñas victorias y derrotas que aumentan el desconcierto y la imprevisibilidad (por lo menos hasta el sabido final), imperando un tono distendido, sin querer hacer sangre, para ello se nota un revestido de humor que hace que la sequedad (puede) del relato se haga muy digerible y amenizable.
Jay Roach demuestra pericia en recursos narrativos que aportan clarividencia para darnos una mejor visión de los hechos: como lo de que veamos todos los fallos que se pueden dar en Florida picando las papeletas, o en el recuento de máquinas; como cuando vemos la opinión de algunos jueces con su correspondiente puesto por tal presidente; como que los equipos de legales se enteren de los diferentes avances por las noticias de la CNN; como la ágil utilización de material de archivo de las televisiones para dar un contexto del momento convulso.
La puesta en escena resulta notable, sin alardes, pero con gran realismo verité, con un estimable diseño de producción de Patti Podesta (“Memento”), filmando en su mayoría en Tallahassee (Florida), en el ayuntamiento, el palacio de justicia federal, y en frente del edificio del Capitolio de la Florida, otras escenas rodadas dentro de la sala real de la Corte Suprema de la Florida, algunas escenas filmadas en Jacksonville, Florida, esto bajo la buena fotografía de Jim Denault (“All the way”), de mucha luminosidad, destacando asimismo el fenomenal trabajo de edición de Alan Baumgarten (“American Hustle”), sabiendo alternar con frescura imágenes de archivo con la ficción. La música corre a cargo del veterano Dave Grusin (“El graduado”), de aires de piano jazzistico, sobresale el tema final “I won’t back down” de Tom Petty, alusivo a la historia mientras vemos les créditos conclusivos sobre imágenes de archivo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Kevin Spacey como Ron Klain, ex jefe del staff bajo órdenes de Al Gore, está vibrante en su idealista “caballero sin espada”, mesurado pero muy natural, con toques de humor, transmitiendo gran gama de emociones, esperanza, frustración, optimismo, rabia, aceptación, no se nos presenta como inquebrantable de su jefe, al principio, de hecho incluso en un momento dado le dice a uno de sus compañeros de fatigas Michael Whouley "Sabes lo que es gracioso de todo esto? Ni siquiera estoy seguro de que me gusta de Al Gore"; Tom Wilkinson como James Baker III, líder del equipo de Bush, tremendo en su poderío actoral, en su poder arrollar con su enérgica presencia interpretativa, diciendo con convicción que lo que iba a suceder en Florida sería "una pelea callejera a la presidencia de los Estados Unidos", magnífico cuando cuenta a uno de sus compañeros que él fue demócrata y que cambio de bando por un amigo que lo ayudó tras su viudez, teniendo además la última conversación con Klain donde los dos demuestran química en sus caballerosas palabras; Laura Dern saca un colosal partido a su tiempo en pantalla como la secretaria de estado de Florida Katherine Harris, dejando momentos fascinantes en la composición de un personaje que navega por la fina línea del histrionismo, lo gracioso es que en realidad esta moza es así, una inmersión divertidísima en un rol que cree ser una iluminada destinada al sacrificio de su país cual Esther de la Biblia, su gestualidad, pose, sonrisa perdida, con capas y capas de maquillaje, una incompetente que nefastamente tuvo el mayor de los poderes en los peores momentos, emite tras su aparatosidad emociones, fabulosa; Denis Leary como el estratega Michael Whouley al servicio de al Gore está muy bien, exponiendo vigor, ilusión, simpatía, cinismo, y compenetración con Kevin Spacey; John Hurt como Warren Christopher, el primer encargado legal de llevar la batalla de Florida para Gore, queda excelente en su composición de un pusilánime aplastado por sus propias debilidades idealistas; Bob Balaban hace de Benjamin L. Ginsberg, abogado jefe de la campaña de Bush-Cheney, crea a un tipo ultraconservador ya desde su electrizante entrada cuando cree que Bush ha ganado la presidencia y dice a su gente "Las manchas de Bill Clinton (las del vestido la Lewinski?) serán arrastrados, y el honor y la dignidad serán restauradas a la Casa Blanca"; Ed Begley Jr. como David Boies abogado sustituto de Christopher, notable en sus exposiciones ante los tribunales, de una elocuencia formidable.
Spoiler:
Me ha gustado que el film no hiciera una fácil crítica a George Bush con todo lo pernicioso que trajo consigo, de cómo el mundo hubiera sido diferente con AL Gore, no juegan a esto, lo dejan a la inteligencia del espectador, de cómo podría haber reaccionado Gore al 11-S, al huracán, Katrina, las guerras de Afganistán e Irak, etcétera.
Momentos recordables, algunos ya mencionados: impactante arranque con varios ancianos el día electoral intentando votar sin saber bien como deben hacerlo en sus respectivas cabinas de picado; La siniestra Secretaria Harris maquillándose antes de salir a rueda prensa, con su posterior e irrisoria declaración, aterrador alguien tan mezquino tuviera tanto poder; Cuando nos enteramos de la purga que en el estado de Florida se hizo excluyendo arbitrariamente a gente de votar por ser sus nombres parecidos a los de delincuentes, gente que por casualidad eran de personalidad proclive a Gore, más de 20.000 personas fueron anuladas, sangrante; La batalla por los votos por correo de los militares, llena de medias verdades y mucha hipocresía; La última charla entre Klain y Baker en el aeropuerto, maravillosa en su síntesis de lo que son unos profesionales.
Muy recomendable film, de los que te abren el enfoque de un mundo lejos de ser mínimamente cerca de ser medio cuasi-medio regular, somos una bañera con pirañas, donde solo sobreviven los más duros y los con menos escrúpulos. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
Me ha gustado que el film no hiciera una fácil crítica a George Bush con todo lo pernicioso que trajo consigo, de cómo el mundo hubiera sido diferente con AL Gore, no juegan a esto, lo dejan a la inteligencia del espectador, de cómo podría haber reaccionado Gore al 11-S, al huracán, Katrina, las guerras de Afganistán e Irak, etcétera.
Momentos recordables, algunos ya mencionados: impactante arranque con varios ancianos el día electoral intentando votar sin saber bien como deben hacerlo en sus respectivas cabinas de picado; La siniestra Secretaria Harris maquillándose antes de salir a rueda prensa, con su posterior e irrisoria declaración, aterrador alguien tan mezquino tuviera tanto poder; Cuando nos enteramos de la purga que en el estado de Florida se hizo excluyendo arbitrariamente a gente de votar por ser sus nombres parecidos a los de delincuentes, gente que por casualidad eran de personalidad proclive a Gore, más de 20.000 personas fueron anuladas, sangrante; La batalla por los votos por correo de los militares, llena de medias verdades y mucha hipocresía; La última charla entre Klain y Baker en el aeropuerto, maravillosa en su síntesis de lo que son unos profesionales.
Muy recomendable film, de los que te abren el enfoque de un mundo lejos de ser mínimamente cerca de ser medio cuasi-medio regular, somos una bañera con pirañas, donde solo sobreviven los más duros y los con menos escrúpulos. Fuerza y honor!!!