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Voto de TOM REGAN:
10
8,2
45.374
Cine negro. Intriga. Drama
Comienzos de la Guerra Fría, en Viena, 1947. El norteamericano Holly Martins, un mediocre escritor de novelas del Oeste, llega a la capital austríaca cuando la ciudad está dividida en cuatro zonas ocupadas por los estados aliados de la II Guerra Mundial. Holly va a visitar a Harry Lime, un amigo de la infancia que le ha prometido trabajo. Pero su llegada coincide con el entierro de Harry, que ha muerto atropellado por un coche en plena ... [+]
25 de septiembre de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
161/15(19/07/12) Un Monumento del Séptimo Arte, una Obra Maestra, un film de esos que definirlos sería limitarlo, a cada visionado se le encuentran detalles nuevos, todo lo que pudo ir bien fue aún mejor. Es un thriller-cine negro singular pues el escenario es la convulsa y decadente Viena de postguerra, una ciudad dividida por los vencedores en 4 sectores, se nos presenta como una jungla de supervivientes, una selva oscura y deprimente donde se mezclan desplazados europeos, traficantes del mercado negro sin escrúpulos, soldados ocupantes, y al fondo la ‘Guerra Fría’ se vislumbra, algo así como el reverso amargo de la esperanzadora ‘Casablanca’. El americano Holly Martins (Gran Joseph Cotten) es un escritor de medio pelo que hace novelas de usar y tirar sobre el oeste, llega a Viena a visitar a un viejo amigo, Harry Lime (ANTOLÓGICO Orson Welles), estamos en 1947 con las duras consecuencias que ha dejado una cruenta guerra, al llegar se entera que este ha muerto atropellado por un camión, pero al indagar en lo sucedido encuentra versiones contradictorias, sobresaliendo la del portero del edificio donde vivía que le cuenta que hubo un misterioso desconocido Tercer Hombre que transportó el cuerpo. La cinta es un zenit de elementos que tocan la cima, el escritor y guionista británico Graham Greene construye un argumento de una enorme complejidad, con temas universales como la corrupción moral, la lealtad, la integridad, la traición, amores imposibles, dudas existenciales sobre donde está el bien y el mal, con inteligentes giros, una narración fluida, unos personajes muy bien dibujados, con diálogos y frases ingeniosas, ello aderezado por mordaces dosis de humor. Luego está su fascinante y sombría ambientación que bebe del más genuino expresionismo alemán donde el fotógrafo Robert Krasker (‘Senso’ o ‘El Cid’) hace simplemente uno de los mejores trabajos de la Historia del Séptimo Arte, su juego de sombras es tenebroso, sus encuadres oblicuos y distorsionados son angustiosos, las penumbras son asfixiantes, crea una atmósfera cuasi-fantasmagórica donde un vendedor de globos ambulante se nos presenta cual monstruo del Averno, una estética opresiva que es canalizadora de emociones, retrata de forma deprimente Viena, con sus ruinas, socavones de bombardeos, calles empedradas, y edificios descuidados, que nos trasladan una especie de pesadilla gótica surrealista, y gracias a él una persecución por la ciudad que roza el infinito de la excelencia, es un icono del cine, la de las alcantarillas, los adjetivos loables se quedarán cortos y a esto hay que sumarle quizás la mejor entrada de un personaje que ha parido la gran pantalla, la cámara sigue a un gato por la noche, este se acerca a un portal y juega con los cordones de unos zapatos, intuimos a alguien escondido en la oscuridad, una ventana enciende la luz y aparece un extraordinario primer plano inclinado del rostro sonriente y burlón de …, sublime. (Continua en spoiler sin)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En la trama se introduce una sutil y triste historia de amor, un triángulo romántico con aroma trágico fruto del cual mana un epílogo plano final Magno . Los actores están colosales, Cotten transmite humanidad, ingenuidad y un tremendo debate moral interior, su evolución es realista, está espléndido, la primera opción fue James Stewart, Alida Valli fue impuesta por el productor David O. Selznick y borda su melancólico rol, pero el que se come las escenas y anula a todos es un Imperial Orson Welles, su impactante aparición ocurre a más de la hora, apenas está 14 minutos en pantalla, solo aparece en tres tramos, solo habla una vez, pero su presencia es latente en cada momento, su enigmático halo recorre cada fotograma marcando a fuego el increscendo dramático de la cinta hasta derivar en un clímax final glorioso, compone al más carismático de los villanos del cine, su amoralidad y ambigüedad moral queda plasmada en la estremecedora escena e icónica escena de la noria, 6 minutos que definen la maldad más diabólica, siniestra, perversa y maquiavélica como antes jamás se había hecho, en lo alto de la noria espetándole Harry a Holly un escalofriante <Mira allí abajo, sentirías compasión por alguno de esos puntos negros si dejaran de moverse?> y por último el turbador <En Italia, en 30 años bajo los Borgia tuvieron guerras, terror y matanzas, pero surgieron Miguel Ángel, Leonardo Da Vinci, y el Renacimiento. En Suiza por el contrario tuvieron 500 años de amor, de democracia y de paz, y cuál fue el resultado? El reloj de cuco "?>, todo esto escrito por la sabia mano de Orson, su perfidia se funde con una enorme simpatía que humaniza de modo portentoso a su antihéroe, para este papel la opción 1ª era Noel Coward. Y no puedo dejar de hablar de genialidad del director adornando el relato en la enigmática música de cítara de Anton Karas que desde los títulos de crédito envuelve la narración en un halo de misterio cuasi-onírico, sencillamente, una de las bandas sonoras más famosas de la Historia, Carol lo encontró por casualidad en una cervecería tocando, aprovechando su éxito Karas abrió un club nocturno en Viena llamado ‘El Tercer Hombre’. Como curiosidad decir que Carol Reed, Greene y Selznick tuvieron desavenencias por el final, el escritor y el productor querían una conclusión esperanzadora, de hecho en la novela se sugiere que Anna y Holly van a iniciar una vida juntos, pero Reed felizmente se impuso pues creía que era un artificioso ‘The End’ y nos regalo uno de esos finales que quedan expuestos en el infinito de la amargura, y quedándonos una Obra capicúa, acaba como comienza en el cementerio enterrando a Harry Lime. Selznick si consiguió recortar siete minutos de la cinta pues esto sugería que Holly Martins era un alcohólico y lo hacía menos héroe (¿?). Una de las Mejores Obras Maestras, recomendarla es una obviedad, envidia tengo a quien la vea por vez primera. Fuerza y honor!!!