71/12(25/05/14) Tenía bastantes ganas de ver este trabajo del argentino Juan José Campanella tras el gran sabor de boca que me dejó con “El Secreto De Sus Ojos”, en este caso arriesgando en un film de animación y abordando de lleno untema que a él le gusta mucho, el Futbol, pues tras un atractivo arranque mis expectativas dan de lleno con un producto ramplón, decepcionante, anodino, deslavazado, frío, con un humor simplón, un guión que se convierte en su peor enemigo, indigno del director de la obra antes mencionada.

Amadeo es un muchacho lacónico que vive en pueblecito, trabaja en un bar y es un experto en el futbolín, está enamorado en secreto de Laura. Un día inducido por Laura echa una partida de futbolín con el fanfarrón Mato Grosso, y le da una tremenda paliza, esto supone un trauma para Mato. Los años pasan y Amadeo sigue viviendo en el pueblo ordinariamente, sigue sin decirle a Laura que la ama, hasta el pueblo llega mato Grosso, convertido en el mejor futbolista del mundo, multimillonario, un ganador nato con el lunar de que una vez perdió a algo (al futbolín contra Amadeo), en venganza ha comprado todo los terrenos de la villa para echarlos abajo y convertir el lugar en una zona de recreo con casinos y parque, temático. Tras estrambóticas peripecias llegan al acuerdo Amadeo y Mato de echar un partido de futbol el que gane se queda con el pueblo, Amadeo recluto a lo más granado, un puñado de tuercebotas, además contará con la ayuda de los muñecos del futbolín del bar que han tomado vida con sus lágrimas.

El realizador y Eduardo Sacheri (Escritor del libro “La Pregunta De Sus Ojos” en la que se basa “El Secreto De Sus Ojos”, que también coescribió) adaptan el cuento de Roberto Fontanarrosa “Memorias De Un Wing Derecho”, también colaboran en la escritura Gastón Gorali y Axel Kuschevatzky (estos dos productores de la cinta junto al director), y entre los cuatro paren un desbarajuste, donde prima lo plano, lo previsible, la incoherencia, la gelidez, ello en un increscendo plomizo lleno de absurdeces, ridiculeces, e insipidez. Una construcción de personajes plana, donde le carisma ni está ni se le espera, con un romance cogido con pinzas, donde la química es penosa siendo benevolentes, con una trama que va y viene sin sentido alguno, faltando en muchos casos el respeto al espectador, con un secuestro idiotesco, donde la secuestrada sin saber porque se mete en el helicóptero del malo malísimo, con un rescate astracanada, hecho con la única excusa de exponer virtuosismo visual pero carente del menor ingenio, está el vergonzante reclutamiento de jugadores del pueblo, sin la menor gracia, y en el colmo de los desatinos llega el clímax y pensamos estará la artillería pesada, aquí deben estar las buenas ideas, y esto se convierte en el mayor de los sinsentidos, no hay por donde cogerlo, las situaciones se atropellan hasta el delirio final (spoiler). Capítulo aparte merecen los muñecos de futbolín, émulos de “Toy Story”, que resulta están desaprovechados, no pintan nada, totalmente prescindibles, aportan algún momento gracioso, pero en la trama es un McGuffin nulo en el desarrollo.

Pretende como los productos Pixar abarcar el público infantil y adulto y en esto cojea, pues por lo menos al adulto se le queda demasiado infantil llegando a lo peor que se puede decir de un film, aburre. Su moraleja sobre la superación personal nos llega superficial, pueril y maniquea, apoyada en un argumento endeble y que no soporta el menor análisis. No todo es malo, es que lo mide por su prestigioso director, posee una excelente factura visual, con un cromatismo resplandeciente, un diseño de personajes y de escenarios brillante, con unos muñecos de futbolín tiernos, su arranque antes de los créditos iníciales con los primates jugando al futbol es estupenda, guiño a “2001”, luego la presentación de personajes y la brillante partida de futbolín, es una buena puerta de entrada que levanta grandes esperanzas, error, hay momentos muy imaginativos como el tramo en el vertedero con las ratas, o cuando están en el parque de atracciones y provocan los muñecos el caos, pero esto en un entramado estructural muy pobre, donde esto bueno se siente como set-pieces caprichosas colocadas por mor de <se me ha ocurrido algo bonito, lo de menos es que no pegue en la historia>, y es que da la sensación de que Campanella está preocupado del envoltorio que de la sustancia, esto va en perjuicio de un fondo vacío.

Los personajes son estereotipos sin alma, el bueno es un soso sin personalidad, sin empatía, el malo es muy malo, alter ego de indisimulado de Cristiano Ronaldo, tan caricaturizado que da vergüenza ajena, la chica es un florero forzado, los jugadores que se busca Amadeo provocaran algún sentimiento? A mi tristeza por lo naif de su peso. Todo esto aderezado por diálogos que van de lo inane a lo chusco, pasando por insubstancial. Con lagunas tan grandes como el Pacífico, todo es por el pueblo, y este aparte de que no tiene nombre no se refleja de modo alguno, no se nos muestra idílico, no nos muestran como sienten sus habitantes, ni tan siquiera nos muestran imágenes una toma general de él, lo de cómo toman vida los muñecos es capítulo aparte (spoiler), un trasunto incoherente, hay una trama central rebosante de ser un relleno, si lo que quería Mato era la revancha con Amadeo por qué no se lo dijo del principio? Si quería el futbolín porque lo tiró al vertedero?

Fallido intento de Campanella de entrar en la animación. Solo se explica si la ha hecho con desgana, si ha puesto todo su empeño habrá que suponer que un borrón lo hace el mejor escribano, de todos modos Campanella está destinado a mucho más. Fuerza y honor!!!