Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Bélico. Fantástico. Drama En la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), un bombardero emprende su misión número 23, la de la mala suerte. Y la tienen: un avión es derribado y sufre serios daños. Además, el hombre que se encargaba de la ametralladora en la cabina queda atrapado y los mecanismos de aterrizaje, destruidos. Quinto episodio de la primera temporada de la serie Cuentos asombrosos (Amazing Stories), formada por historias independientes dirigidas por los más ... [+]
11 de agosto de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
220/08(10/08/23) Tras el estreno de la semiautobiográfica “Los Fabelman” de Steven Spielberg, me he decidido a hacer trabajo de arqueología cinéfila y escarbar en los orígenes del Rey Midas de Hollywood y ahora le ha tocado a este episodio de la serie creada por él mismo, “Amazing Stories” (1985-1986), que la desarrollan el propio Rey Midas de Hollywood, John Falsey y Joshua Brand (ambos creadores de la gran serie tv “Doctor en Alaska”), queriendo claramente atrapar los efluvios de Rod Serling y su icónica serie de finales de los 50 y primeros de los 60 “The Twlight Zone”, de la que ya Spielberg creó en 1983 una película ómnibus con varias historias inspiradas en otros segmentos de la mencionada serie (con él mismo dirigiendo uno, y los otros John Landis, Joe Dante y George Miller). Este es el quinto capítulo de la primera temporada, tiene el doble de duración que el resto de capítulos (de algo tiene que valer ser el jefe), el guion es de Menno Meyjes (“El color púrpura” o “Indiana Jones y la Última Cruzada”), abordando un thriller de acción que deriva en tensión asfixiante psicológica, un relato que en su pretenciosidad del mayor minutaje tiene su mayor hándicap, pues estira y redunda demasiado la situación crucial dramática. Aún con esta tara es un episodio ameno, que te atrapa en su claustrofobia ambiental, generando zozobra cuando nos sentimos empatizados por el que sufre la ‘prisión’ con destino inminente a la muerte. Proyecta suspense, intriga, inmersión en este avión de combate, todo ello con gran pulso narrativo de Spielberg en como genera intensidad agobiante. Relato que en su premisa coloca elementos atractivos clásicos, escenario de la Segunda Guerra Mundial, la camaradería de los componentes de un avión de combate, el patriotismo, un protagonista que acaba de casarse, el optimismo y vitalidad de estos jóvenes, combates de guerra aéreos, buenos efectos visuales, ello aderezado por actores que están por explotar en el cine como Kevin Costner, Casey Siemaszko, Kiefer Sutherland, o Anthony Lapaglia.
La tripulación de un bombardero B-17 de la II Guerra Mundial se enfrenta con su misión núm. 23, pero les falta su artillero de la parte inferior, por lo que todos consideran que la mala suerte impedirá que sobrevivan. Sin embargo, el artillero que estaba de permiso y recién casado llega para presentarse como voluntario a la misión, y la alegría y el optimismo vuelve a reinar en la tripulación, hasta que entran en combate. Jonathan (Casey Siemaszko) es uno de los artilleros del bombardero, es un buen caricaturista. Dispara a un caza enemigo (probablemente un Me-109) que ataca al bombardero, pero algunas partes del caza que explota golpean al bombardero. El tren de aterrizaje está tan dañado que ya no pueden bajarlo, y el mecanismo de apertura de la torreta en la que está Jonathan está tan dañado que ya no se puede abrir.

Todo ello para desembocar en final rompedor, por lo que he leído muy criticado, pero en realidad, para el que haya visto gran parte de la serie (o toda) es a tono con la misma, emitiendo como la magia de la esperanza es lo último que se debe perder, la fe mueve montañas, los sueños se pueden realizar, al menos en este universo paralelo spielbergiano. Se le puede atacar que no hay base en ello, aparece de la nada, no hay migas que hagan orgánico el giro, debería el twist final unos cimientos que no fueran un elefante en una cacharrería, pero entonces no sería un capítulo de 7, sería más.
La narración construye un crescendo agobiante alrededor del chico atrapado en el vientre del avión, van pasando fases, los intentos desesperados por desencallar la cabina, la cercanía del aeródromo, se quedan sin combustible, hasta que llega la desesperación. Hay las actuaciones generales crecen, con un Siemaszko notable transmitiendo mundo interior efervescente en sus ganas de vivir mezcladas con la proximidad inevitable de la tragedia inevitable, los compañeros asistiendo desesperados a lo inevitable, con el capitán encarnado por Costner muy bien en su evolución, hasta no querer siquiera hablar con Jonathan, no sabe que decirle, los compañeros queriendo evitar su sufrimiento, ahí se eleva Sutherland en una interpretación muy sentida en su convulsión entre su amistad y ser depositario de ser el que debe evitar su sufrimiento. Pienso habría sido aun mejor si no hubieran incluido secuencias en la torre del aeródromo, nada suman, no tiene importancia en el desenlace y rompen la solidez de que todo lo que vemos sea el avión.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow