Una niña transporta un huevo en el interior de su vestido. Se encuentra con un hombre armado y él la sigue hasta el lugar donde empezó (o terminó todo). Allí, él le cuenta una historia mientras la lluvia arrecia en el exterior. Hasta ese momento, nada tiene sentido. Después, tampoco.

Los minimalistas diálogos que acompañan a la imagen son un rastro de migas que conducen al huevo-espejismo. Pero no hay claves. Hacia el huevo se extiende un camino compuesto tan sólo de preguntas.

Ciudades en ruinas, templos, esqueletos aviares, peces imaginarios cuya sombra persiguen hombres sin destino, árboles petrificados, altares sumergidos, arcas olvidadas ¿qué contiene el huevo?

Algo así:

.....Añoranza...olvido....regreso...perdidos...