Para empezar, simplemente comentar que Miguel Ángel Vivas no pasará a los anales del séptimo arte. Es un impostor. Aquí no hay más que una imitación cutre y aséptica de productos clásicos como ‘Funny games’ (1997), con cierto aire, también, a ‘Panic room’ (2002), envuelto todo ello con una aureola made in usa a lo español que no busca otra cosa que no sea ganarse unas perras de más (totalmente inmerecidas) en las salas de cine.

En general, nada en ‘Secuestrados’ me resulta grato de ver (a excepción de Fernando Cayo y Ana Wagener). Sin embargo, la palma de la chabacanería se la lleva Manuela Vellés, de ahí el título de esta modesta crítica difamatoria. Su interpretación es de risa. Su desgarro emocional no resulta creíble, más que nada porque no puedes estar 70 minutos (casi literales) gritando, llorando y con la misma cara de pánico inamovible. ¿Ven la imagen del póster? Pues es la que nos regala durante todo el film, acabas hastiado con esta situación.

Esta, a priori, terrorífica leyenda destinada a inquietar a los urbanitas españoles no ha calado muy hondo. En definitiva, mala. Ah, ¿el final? Gratuito a más no poder.