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Voto de Roble44:
10
7,6
6.222
Serie de TV. Drama. Thriller
Miniserie de TV (2021). 3 episodios. Antes de entrar en la cárcel, Mark Cobden (Sean Bean) era un ciudadano respetable, padre de familia y profesor. Su vida cambia radicalmente cuando atropella a un hombre y es condenado a cuatro años de prisión. Atormentado por la culpa, Mark se ve inmerso de repente en un mundo desconocido y hostil, convirtiéndose en blanco fácil para los reos más violentos y peligrosos. Allí es puesto bajo la tutela ... [+]
15 de septiembre de 2021
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aristóteles solía decir que toda buena obra debe contar unos hechos que, aunque no hayan ocurrido en la realidad, podrían haberlo hecho. Y, ciertamente, esta miniserie cumple con creces el requisito impuesto por el filósofo macedonio. Para ello, el creador de la misma nos sumerge en un mundo hostil, representado por la claustrofóbica prisión, en el que se ven inmersos dos hombres corrientes: un recluso tímido y debilucho y un funcionario de prisiones frío y experimentado, que, en el fondo y como desarrollaré en la sección con spoilers, son dos caras de la misma moneda que emprenden un oscuro viaje en busca de lo que consideran justo, pero desde circunstancias muy distintas. Por otro lado, el modo sobrio en el que están escritos e interpretados ambos personajes ayuda a que el espectador empatice más fácilmente con ellos y sienta como algo vívido las desventuras que padecen.
Respecto al ritmo de la serie, hay que decir que no decae en ningún momento y que no le sobra absolutamente nada: todo lo que aparece en pantalla, hasta el más mínimo detalle, tiene una relevancia simbólica que demuestra que nada está puesto ahí por el ayuntamiento.
Por otro lado, antes de que algún "odiador" madrugador de esos acuse a la serie de crear una versión dulcificada de los criminales, conviene señalar que ni el creador ni los guionistas pretenden justificar los actos deleznables cometidos por los inquilinos de la prisión. El juego de la serie no está ahí, sino en la muy dispar evolución que experimenta cada recluso interiormente: unos justificándose de una manera infantil, pasando por los que directamente ven sus actos como un caso cerrado y olvidado del que no quieren siquiera disculparse, hasta llegar a los que reconocen el error cometido y esperan encontrar la redención mirando hacia adelante y no compadeciéndose a sí mismos.
Respecto al ritmo de la serie, hay que decir que no decae en ningún momento y que no le sobra absolutamente nada: todo lo que aparece en pantalla, hasta el más mínimo detalle, tiene una relevancia simbólica que demuestra que nada está puesto ahí por el ayuntamiento.
Por otro lado, antes de que algún "odiador" madrugador de esos acuse a la serie de crear una versión dulcificada de los criminales, conviene señalar que ni el creador ni los guionistas pretenden justificar los actos deleznables cometidos por los inquilinos de la prisión. El juego de la serie no está ahí, sino en la muy dispar evolución que experimenta cada recluso interiormente: unos justificándose de una manera infantil, pasando por los que directamente ven sus actos como un caso cerrado y olvidado del que no quieren siquiera disculparse, hasta llegar a los que reconocen el error cometido y esperan encontrar la redención mirando hacia adelante y no compadeciéndose a sí mismos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El mensaje de la serie es claro y se puede resumir en una palabra: dignidad. Dignidad es lo que tiene el personaje de Graham cuando se juega su carrera laboral metiendo droga en la cárcel para que así los secuaces del mafioso que le tiene coaccionado no maten a su hijo recluso, alguien a quien probablemente no dedicó el tiempo suficiente de niño y por el que se sacrifica en el final aceptando ir a la cárcel como una demostración del férreo amor que siente hacia su criatura. Dignidad también tiene un Sean Bean magnífico que pasa de ser un pobre hombre manipulable y borracho, que cometió un acto horrible en el pasado, a uno que toma decididamente las riendas de su camino hacia la redención negándose a cometer actos ilegales de nuevo y prefiriendo recibir una paliza del hombre que le obligaba a ello.
El final es una confirmación bastante irónica de esa idea de la dignidad que une a ambos personajes: Graham acaba vistiendo la ropa de preso que empezó a llevar Bean al comienzo de la serie, mientras que este último sale en la conclusión al mundo exterior en el que vivía Graham en el inicio.
El final es una confirmación bastante irónica de esa idea de la dignidad que une a ambos personajes: Graham acaba vistiendo la ropa de preso que empezó a llevar Bean al comienzo de la serie, mientras que este último sale en la conclusión al mundo exterior en el que vivía Graham en el inicio.