Esta es una de esas series donde el primer capítulo te muestra todo lo que la serie te va a ofrecer a lo largo de las temporadas. No tiene trampa, ni cartón. No intenta ir de lo que no es. Por tanto es una serie que no te puede defraudar. Otra cosa es que te guste. La serie, como bien digo el título, no tiene ningún tipo de verosimilitud. Es un auténtico despiporre, saturado de clichés, mucha carne, muchas hostias y unos deus-ex-machina como castillos.

¿Entonces por qué digo que es "buena"? Pues porque el talento de los que hay detrás de esta serie consigue que algo que en un principio muy difícilmente llegaría a ser interesante, se convierta en un producto disfrutable. Es una serie divertida, donde no dejan de pasar cosas, donde te ríes, donde te emocionas y donde hay unas tramas que están bastante más pensadas que en la inmensa mayoría de "series tontas" que se emiten. Es una serie que de momento no siento que aburra. Veremos qué pasa con la tercera temporada.