Híbrido de ciencia ficción y terror, que es la segunda película del hijo del mítico director David Cronenberg (La Mosca, 1986), tras la correcta Antiviral (2012), y que está protagonizada por Andrea Riseborough (Mandy, 2018), y Cristopher Abbott (Llega de Noche, 2017).

Tasya Vos (Riseborough) es una agente de una organización secreta que utiliza implantes cerebrales para controlar el movimiento corporal de otras personas, obligándolas a cometer asesinatos que benefician a toda clase de peces gordos del mundo corporativo. Un día, durante una misión rutinaria, algo sale mal. La agente Vos se ve atrapada dentro de la mente de uno de los sujetos que trataba de controlar (Abbot), cuyo apetito por la violencia se acaba convirtiendo en su peor aliado, superando incluso el suyo propio.

La película empieza con una escena bastante potente que engancha al espectador, para posteriormente, introducirnos en una trama donde se nos presentan las posesiones desde un punto de vista radicalmente diferente, con una estética retro bastante curiosa y algunos momentos muy sangrientos, junto unos efectos prácticos que resultan de lo mejor de la película. La historia que se nos muestra esta cargada de una crítica a la relación actual de la humanidad con la tecnología, donde queda patente la falta de intimidad que tenemos. Las actuaciones cumplen, especialmente una Andrea Riseborough que no hace un papel malo.

Possessor Uncut resulta en una interesante propuesta que sobre un ritmo algo pausado, consigue mantener al espectador pegado a la pantalla durante todo su metraje, además de ofrecer una historia fresca a la par que sesuda.

Nota personal 7/10