Si bien, esta película está evidentemente inspirada en el filme "Shane, el Desconocido" (lo suficiente como para hablar de remake o similar), también puede verse una gran similitud con otro filme dirigido y protagonizado por Clint Eastwood: "La Venganza del Muerto".
Esta vez, Eastwood vuelve a interpretar al personaje que lo encumbró a la fama: el hombre sin nombre. No obstante, este hombre sin nombre tiene claras diferencias con el que interpretarse en 4 películas anteriores (la trilogía del dólar y la ya mencionada "La Venganza del Muerto"). En anterior hombre sin nombre tenía motivaciones egoístas, tales como codicia y otras, nunca buscó ayudar al prójimo; este nuevo hombre sin nombre (a quien llaman "Predicador") da muestras de un genuino interés por ayudar a una comunidad de trabajadores que sufren del constante acoso de una banda enviada por un acaudalado terrateniente que a toda costa desea arrebatar sus tierras. Este predicador también está rodeado por una muy enigmática aura.
Cómo es de esperarse en todo western de Eastwood, la película contiene elementos clásicos del eurowestern; también contiene una atmósfera sobrenatural. Es un filme que bien podría ser disfrutado no sólo por los aficionados al género.
Con frecuencia se dice que "Los Imperdonables" (también dirigida y protagonizada por Eastwood) fue la película que resucitó el western, género cinematográfico que parecía muerto en los años 80 y principios del 90. En realidad fue "El Jinete Pálido" la verdadera resurrección.
Si Eastwood hubiese decidido que este filme fuese su último western, hubiese sido una digna despedida. En lugar de ello decidió rodar un western más (la mencionada "Los Imperdonables"), lo que permitió un adiós en gloria y majestad.