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Voto de GUSTAVO:
6
Bélico. Drama Autobiografía del marine SEAL Chris Kyle, un tejano que batió el récord de muertes como francotirador del ejército norteamericano. Kyle fue enviado a Irak con la misión de proteger a sus compañeros. Su puntería y precisión milimétrica salvó incontables vidas en el campo de batalla, por lo que se ganó el apodo de “Leyenda”, pero la noticia de sus hazañas llegó hasta las filas enemigas. Se puso precio a su cabeza y se convirtió en ... [+]
22 de enero de 2015
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de una obra de encargo comercial con la conocida estrategia de publicidad que incluye la previa presentación del best seller del mismo nombre de la película, estrenada ex profeso a fines del 2014 en EEUU para obtener fácilmente nominaciones a los premios Oscar. En ese sentido se le puede calificar como oportunista y, teniendo en cuenta la filmografía del director, hasta innecesaria. No pongo en duda que la película tiene méritos técnicos y de puesta en escena que merecen su visión pero Clint Eastwood siempre dio un paso adelante en cuanto al estilo y cuota de autor cuando se trató de género de guerra. Por eso es que, por ejemplo, el díptico constituido en torno a la segunda Guerra Mundial por “Cartas desde Iwo Jima” y “Banderas de nuestros padres” no competía técnicamente con “Salvando al soldado Ryan” de Spielberg pero la superaba por su firme alegato anti bélico lleno de claroscuros sobre el honor, la valentía y el heroísmo. Y ahora “El francotirador” va a la saga del montaje, narración y efectos especiales de cintas como “La noche más oscura” y “Zona de miedo” de Kathrin Bigelow sobre la cacería de Bin Laden y la Guerra de Irak pero a lo mucho quizás las iguale a cuenta exclusivamente de la presentación y narración del retrato y destino de un soldado de élite llamado Chris Kyle cuya especialidad es matar a distancia, interpretado en muy buena forma(incluyendo la física) por el actor Bradley Cooper, plena de sutileza, polaridad y dosificación de emociones que le hace bien a la película al darle el tono que en buena parte esperábamos de Eastwood.
Sin embargo hay un problema y me parece grave porque es de concepto: Clint como buen militante republicano cree en Bush y justifica la invasión de Irak como una guerra de respuesta ante los atentados terroristas que ya está probado que no salieron de ese país. La presenta como inevitable tal como si fuera la Segunda Guerra Mundial exponiendo, además, una filosofía barata y bastante primitiva expresada por el padre de Kyle la cual divide a la sociedad en ovejas, lobos y pastores lo que hace que el filme sea bastante maniqueo al gusto de la platea local que seguramente habrá respondido con creces en la taquilla.
Esto no es óbice, sin embargo, para que con las mismas imágenes a las que me refiero se logren momentos muy buenos que sirven como contraste irónico entre la vida y la muerte y el debate moral del francotirador como la de la mujer embarazada que le entrega una granada a su hijo para aniquilar a una patrulla de marines, el venado muerto por un tiro de escopeta de parte de Kyle niño en un flash back al comienzo y el tratamiento médico en EEUU del embarazo de su esposa.
Se percibe, en efecto, a raíz de estas escenas un doblez en la personalidad del francotirador, un viaje mental del cual quizás nunca regrese, un maletín muy pesado lleno de muertos que no puede devolver, anotados en su haber como si se tratara de un récord Guinnes y por lo cual lo apodan “ la leyenda”. Esa sensación es lo mejor de la película y si fuera por solo este aspecto estaríamos reconociendo al mejor Eastwood pero lamentablemente, para llegar hasta aquí, el laureado director pone por delante su opción política y tiene que hacer concesiones y transigir. En consecuencia el viejo Clint no reescribe la historia, no arriesga mucho en la puesta en escena por lo cual no podemos ver, por ejemplo, el punto de vista del francotirador iraquí, solo intuirlo, lo que, después de todo, está bien porque no estamos en Iwo Jima ni es su película. Debemos comprender eso para finalmente poder decir que se trata de una película estimable pero nada más. Que vale la pena verla aun sabiendo que hubo otro francotirador ficticio pero notable interpretado por Robert de Niro en 1978 que sin necesidad de tanto músculo ni tanto libro, era capaz de bajar al llano de Vietnam sin ser arropado por sus compañeros para enfrentar directamente a la muerte en la ruleta rusa.
GUSTAVO
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