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Voto de GUSTAVO:
9
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5,9
52.165
Drama
Estados Unidos, años 50. Jack (Hunter McCracken) es un niño que vive con sus hermanos y sus padres. Mientras que su madre (Jessica Chastain) encarna el amor y la ternura, su padre (Brad Pitt) representa la severidad, pues la cree necesaria para enseñarle al niño a enfrentarse a un mundo hostil. Ese proceso de formación se extiende desde la niñez hasta la edad adulta. Es entonces cuando Jack (Sean Penn) evoca los momentos trascendentes ... [+]
16 de mayo de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cámara de Terrence Mallick compone imágenes de sello indiscutible: desde el ras del suelo, a media altura, por encima del objetivo, cayendo en picada o alejándose de él, siempre mantiene la distancia correcta para lograr que sus encuadres exteriores manifiesten un permanente diálogo entre sus personajes, no necesariamente humanos, y la naturaleza circundante; lo que ha dado pie a que su cine sea catalogado como naturalista o ecologista con una fuerte vocación a la contemplación excesiva.
Del mismo modo, el sonido de sus películas suele ser editado superponiendo monólogos sobre sonidos naturales o sobre diálogos puntuales que incluso van a diferente ritmo de la acción. De esta manera su puesta en escena tiene siempre un aire trascendente e intimista.
¿Qué tiene de nuevo, entonces, “El árbol de la vida” considerando su corta pero notable filmografía? Desde el punto de vista técnico es el peculiar montaje de las escenas que están llenas de elipsis y presentan un orden narrativo discontinuo, como una especie de flashes de la memoria humana que nunca edita. Mallick adiciona la música y a veces intercala cuadros para denotar el paso del tiempo, remarcar sentimientos o ambientar la acción. Caso aparte es la presentación de la evolución del universo porque la edición y la magnífica fotografía la asemejan a la aceleración de un proceso de millones de años que comienza en el “big bang” y termina con la desaparición de los dinosaurios el cual se complementa con el nacimiento de Jack como si todo estuviera inmediatamente conectado. Y desde aquí reportamos la segunda novedad en esta película de Mallick en cuanto a la temática: el componente religioso enfocado tanto de manera agnóstica como cultural y practicante. En gran parte del metraje escuchamos una plegaria que parte del interior de Jack adulto, Jack niño y su madre donde se mezclan las dudas y las convicciones. Está claro que el Jack adulto es un hombre convencido en optar por la gracia, representada por su madre y no por la “naturaleza”, disyuntiva que luchaba en su interior como influencia de su bondadosa madre y su severo padre.
Por eso es que en el discutido final, la madre aparece idealizada, elevada a la categoría de beata que ilumina el “fin de los tiempos”, todo en la cabeza de Jack quien en la actualidad es un arquitecto que parece cuestionar su propio trabajo y el nuevo orden mundial y que se ve transportado materialmente, a la manera del personaje de Angelopoulos en “La Eternidad y un día “, al encuentro y reconciliación con su familia.
Del mismo modo, el sonido de sus películas suele ser editado superponiendo monólogos sobre sonidos naturales o sobre diálogos puntuales que incluso van a diferente ritmo de la acción. De esta manera su puesta en escena tiene siempre un aire trascendente e intimista.
¿Qué tiene de nuevo, entonces, “El árbol de la vida” considerando su corta pero notable filmografía? Desde el punto de vista técnico es el peculiar montaje de las escenas que están llenas de elipsis y presentan un orden narrativo discontinuo, como una especie de flashes de la memoria humana que nunca edita. Mallick adiciona la música y a veces intercala cuadros para denotar el paso del tiempo, remarcar sentimientos o ambientar la acción. Caso aparte es la presentación de la evolución del universo porque la edición y la magnífica fotografía la asemejan a la aceleración de un proceso de millones de años que comienza en el “big bang” y termina con la desaparición de los dinosaurios el cual se complementa con el nacimiento de Jack como si todo estuviera inmediatamente conectado. Y desde aquí reportamos la segunda novedad en esta película de Mallick en cuanto a la temática: el componente religioso enfocado tanto de manera agnóstica como cultural y practicante. En gran parte del metraje escuchamos una plegaria que parte del interior de Jack adulto, Jack niño y su madre donde se mezclan las dudas y las convicciones. Está claro que el Jack adulto es un hombre convencido en optar por la gracia, representada por su madre y no por la “naturaleza”, disyuntiva que luchaba en su interior como influencia de su bondadosa madre y su severo padre.
Por eso es que en el discutido final, la madre aparece idealizada, elevada a la categoría de beata que ilumina el “fin de los tiempos”, todo en la cabeza de Jack quien en la actualidad es un arquitecto que parece cuestionar su propio trabajo y el nuevo orden mundial y que se ve transportado materialmente, a la manera del personaje de Angelopoulos en “La Eternidad y un día “, al encuentro y reconciliación con su familia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Por supuesto que la película deja cabos sueltos que no tienen respuesta. Solo podemos especular, por ejemplo, sobre el momento reflexivo de Jack. Algunos interpretan que su madre murió últimamente, otros que es el aniversario de la muerte de su hermano. Y es que el cine de Terrence Mallick podrá ser muy declarativo visualmente pero nunca explicativo. Nos escamotea información a cada momento y en eso también basa su interés. De lo que sí estamos seguros es que esta película se valora en la medida que el espectador se conecta con ella y esa es la razón principal que para mí es más que notable.