Tenemos dos historias que transcurren en épocas distintas y en lugares distintos:
La primera empieza en Corleone, (Sicilia, Italia) en 1901. La segunda comienza en 1958 Lago Tahoe (Nevada, Estados Unidos).

Las dos inician mostrándonos celebraciones familiares, la primera un entierro, la segunda una primera comunión.
En la primera los protagonistas son la familia Andolini una humilde familia siciliana y en la segunda los todopoderosos Corleone, una de las familias más importantes de la Mafia en Estados Unidos.

Sublime secuela- precuela de “El Padrino” una gozada para la vista y el oído. Con unos personajes poliédricos, que no sabrías si definir como buenos o malos, tan solo “humanos, creíbles, cercanos” maravillosamente interpretados por Al Pacino, Robert de Niro. Robert Duvall o John Gazale entre otros, porque la verdad es que están todos francamente bien sobre todo los que interpretan italianos; en una historia que te atrapa desde el minuto 1, no por los asesinatos, los ajustes de cuentas y los juegos de poder de las elites, sino porque detrás de todo esto está la historia de una familia. Una familia italoamericana que Coppola te muestra sin juzgarla, y que va a ir evolucionando desde aquella humilde familia italiana con sus costumbres tan tradicionales y arraigadas a siguientes generaciones donde cada vez se van adquiriendo más costumbres norteamericanas, además de ver reflejada en esa familia muchos detalles que se pueden ver en casi todas las familias del mundo.

En cuanto a la parte técnica, perfecta ambientación, perfecto vestuario, diálogos inteligentes, sin florituras, sin grandes mensajes filosóficos. Las situaciones naturales ¿Quien no tiene a veces problemas en el trabajo? Yo creo que todo el mundo pero cuando perteneces a la mafia los resuelves de otro modo. Y la música de Nino Rota que suena a lo largo de la película para enmarcar momentos especiales…

No le sobra ni le falta un segundo, algunas imágenes pueden resultar tópicas, pero la maestría de este director italoamericano hace que abandonen ese sentido, para darles una naturalidad asombrosa. Si puede ser que sea lo que nos imaginamos de una familia italiana, pero es así, porque así es la realidad o eso es que llegas a pensar después de ver la película.

Para mí la mejor película de Coppola no solo por la dirección sino porque de algún modo recogió todo ese universo italoamericano de su propia vida, por recuerdos de familiares, amigos o conocidos y le dio forma, mostrándonoslo con el cariño que se tiene a las raíces y eso se nota en toda la película.