SINOPSIS:
Pier es un político aburrido que tiene un poder prácticamente ilimitado en su país, lo cual utiliza como moneda de cambio para ofrecer a jóvenes artistas, con sueños muy ambiciosos, a hacer realidad sus más altas espectativas a cambio de la sumisión en las prácticas más perversas y retorcidas del importante político.

La película 'Eva Braun' mama directamente de la teta de 'Salò o le 120 giornate di Sodoma' de Pier Paolo Pasolini, estrenada 30 años antes. Si nos dedicamos a comparar estas dos películas, Simone Scafidi ha creado unas escenas similares, con unos encuadres muy parecidos, pero mucho menos multitudinario, menos retorcido y mucho menos repugnante en un ambiente que nos recuerda a la mansión del Marqués de Sade envejecida y en miniatura.

Pero he de decir que esta película añade un atractivo más que el clásico de Pasolini: el porqué los jóvenes se encuentran allí, tienen un propósito, están pagando el precio de ver cumplir sus ilusiones. En mi opinión, esta es la mejor baza que ha jugado el guión, muestra un mundo en el que incluso los sueños son propiedad del más rico y poderoso y este puede vendértelo por el precio que le venga en gana, porque es lo que más deseas. Otra cosa que me impactó y me gustó lo digo en los spoilers porque es el desenlace*.

El montaje es algo caótico pero la fotografía me inquietaba continuamente: en un plano veía un cuadro renacentista moderno o un Hopper, en otros veía primeros planos muy sugerentes e indudablemente bellos y en los demás veía encuadres propios de un telefilm de domingo por la tarde. Quizá sean cosas mías.

La ambientación es algo que me ha gustado pero ha estado a punto de horrorizarme. Hay un toque pobre, viejo y deshecho pero combina perfectamente con la clase, en ocasiones demasiado remilgada, del entorno de su protagonista.

En conclusión, creo que esta película plantea muchas cosas interesantes y pone en la mesa un cinismo y un derrotismo propios de nuestro tiempo, pero a la vez no me llega a convencer del todo, parece como si se quedara coja, quizá haga falta un libro (como pasó 30 años atrás) para arreglar esa pata más corta que las demás.