No tengo palabras para describir las sensaciones que me ha provocado esta fascinante película. La ola es una mezcla de desasosiego y unión, de un saber que va a pasar algo y un deseo de permanencia.
Es increíble el cambio radical que dan algunos de sus personajes, y cuánto puede llegar a significar el grupo para ellos.
Ninguno de ellos es consciente del rumbo que está tomando la situación hasta que se les va de las manos; pierden el sentido de la realidad y se sumergen en un ámbito de protección, riesgo y equipo.
La forma en la que está enfocada la historia es maravillosa: la manera más simple de demostrar que, aún hoy, en la sociedad que vivimos, aquello que nos molesta puede unirnos de manera que sigamos a aquel que pone adjetivos a la protesta, a un líder.
Psicología social, personalidades dependientes...
Una película que debe ser vista.