Ver a Gene Kelly flotando bajo la lluvia y entonando esa ya desde hace muchos años eterna melodía es un enorme disfrute, como se mueve a veces parece que ni toque el suelo, es sin duda junto con el final el mejor momento de la cinta, y son momentos extraordinarios, de aquel cine con sabor a clásico que te transportaba como a otro mundo, a otra dimensión, al mundo de los sueños, de las emociones, solo por esas escenas ya vale la pena ver la película.
Pero estos cien minutos de cine en estado puro dan para más, números estupendos, bailes increíbles, melodías imperecederas, una maravillosa y preciosa Debbie Reynolds y un impresionante O´Connor, un genial Kelly, el trió protagonista desde luego lo borda, pero no quisiera desmerecer al resto, Chrarisse por ejemplo está bellísima, se decía que eran las mejores piernas del cine. Al margen de las criticas, de lo que te digan los amigos o conocidos, desde que activas el reproducir, ya percibes que vas a ver un gran espectáculo, he disfrutado recordándola pues ya hacia bastantes años que la había visto y volver a hacerlo fue un gran acierto.
El musical bien hecho es sin duda un género estupendo, si hay buenos números, buenas coreografías, el argumento no es tan importante, no es transcendente, el guión descansa mucho en las canciones y en el baile, en Cantando bajo la lluvia se consigue todo eso, el baile, las coreografías, la música todo es mágico, el guión simplemente acompaña, y las interpretaciones son de primera. Yo pienso que es una pena que ya no se haga cine como ese, será cuestión de modas, parece ser que hoy venden más otras cosas.