La siguiente crítica a la cinta de El Gran pez, me parece buena, aunque un poco filosófica y fantástica, del director Tim Burton, un reflejo profundo que dentro de su mente lo proyecta en esta historia tan diferente a otras historias, y que a simple vista pudiera ser una película infantil pero en realidad es un viaje al subconsciente tanto del director como del espectador.
Una historia que al momento de verla, el espectador se da cuenta en cada una de las historias o aventuras que van pasando, que son luchas que cada persona debe enfrentar en su día a día y que llegando hasta ese inesperado mundo de los sueños, los problemas más grandes pueden rayar en lo absurdo o ridículo.
Es una película donde dos historias de entrelazan de una manera muy singular y fantástica, pues por un mundo conocemos personajes inusuales y retorcidos, propios de los mundos creados, y por el otro tenemos una historia de relación familiar en donde se experimentan sentimientos tan crudos como la culpa y el arrepentimiento.
Con el toque especial de este gran cineasta es que en varias escenas pasan a varios gatos, animal favorito del director, así como la publicidad que le venden a una marca de suplementos alimenticios.
La música incidental a lo largo de la cinta me parece muy buena mancuerna, por que acompaña la gran fotografía que te van adentrando más y más a la historia.
No podemos dejar pasar elementos tan simples que vemos en la calle y hacen que al verlos nos recuerde escenas de la cinta como los zapatos colgados en los cables; también nos va mostrando que quien lleva el papel importante de cada escena utiliza un tono más fuerte en su vestimenta, haciéndolo resaltar ante los de más actores.