Prometedor, directo, sucio, oscuro, elegante, intrigante, mediocre, salvaje, majestuoso, aparatoso, violento, irregular, enfermizo, ridículo, parsimonioso, increíble, reiterativo, insostenible, angustioso, épico y decepcionante producto de aventuras que peca de ambicioso.

Hay algo en el desarrollo de la trama que peca de absurdo, ridículo y previsible, restando interés de una forma precipitada, haciendo que muchas de las situaciones presentadas estén plagadas de incongruencias.

El comportamiento y decisiones de algunos personajes, pueden resultar forzados, haciendo que las interpretaciones del reparto, tampoco funcionen muy bien.

Alan Ladd y Virginia Mayo, están deslumbrantes y sus personajes, se convierten en eje fundamental de una adaptación que peca de ambiciosa y pretenciosa, prolongando en exceso su duración para alcanzar un desenlace insulso y bien intencionado.

Amistad, amor, honor y valor, quedan como las armas clave de un relato magnético y dantesco que deja diversas lecturas de interés sobre la condición humana.

La novia de acero , queda como un tramposo y decepcionante producto de aventuras plagado de enfrentamientos épicos que llegan a saturar.