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Argentina Argentina · Argentina
Voto de Crotalus:
9
Thriller. Drama Cetarti, un empleado público que acaba de ser despedido, viaja desde Buenos Aires a Lapachito, un solitario pueblo en la provincia del Chaco. Debe hacerse cargo de los cadáveres de su madre y su hermano, que han sido brutalmente asesinados, y con quienes no le une ningún lazo afectivo. Lo único que moviliza a Cetarti a emprender el viaje es la posibilidad de cobrar un modesto seguro de vida para poder instalarse en Brasil. Allí conoce a ... [+]
27 de septiembre de 2017
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nadie que haya visto “El otro hermano” podrá olvidarla. Está lo más lejos que se puede estar del mainstream y a la vez es accesible a un público amplio, no es una obra elitista de cine de autor. Hay una historia que contar y Caetano lo hace sin transformar la intriga en acertijo y sin complicarla ni agregar personajes para que el espectador deposite su atención en entender la trama o decodificar un mensaje cifrado -como sucede cada vez más seguido en películas y series del este siglo XXI. Acá no, Caetano se la juega y nos juega limpio porque sabe lo que hace y hacia dónde va. No necesita distractores porque todo es impecable.
Sbaraglia llega en "El otro hermano" a lo más alto de su carrera. Tomó el desafío de encarnar a un ser de voz nasal, sonrisa amarronada y cínica y un espíritu oscuro que se esconde detrás de un lenguaje campechano, con gestos amplios, propios de quien se mueve con la confianza de la impunidad. La construcción por parte de Leo Sbaraglia del personaje de Duarte es extraordinaria, sobre todo porque la sostiene escena por escena de principio a fin y ni por un segundo escapa de sus ojos o su boca o su cuerpo el más mínimo atisbo de una humanidad menos lasciva.
Hendler también hace un buen trabajo, tiene un personaje que no se muestra del todo hasta que no termina la película. Es indiferente, neutro, acotado, nos resulta lejano, lo sospechamos carente de maldad, aunque no lo sabemos, puede sorprendernos en cualquier momento. Este es otro componente que aporta para que la tensión se mantenga desde el primero hasta el último minuto.
La sordidez de Duarte y de la historia encuentra su escenario perfecto en Lapachito, un pueblo del interior profundo de la Argentina, al que los autos del street view no le pasaron ni cerca, un pueblo olvidado, lleno de restos de chatarra,contenedor de restos vivientes de la última dictadura que encuentran allí refugio, lleno de impunidad, de crímenes que no salen en los noticieros de Capital Federal y que por lo tanto no existe para el gobierno ni para el Estado ni para el resto de los argentinos. Es el interior olvidado, el territorio sin país, donde todo es horrorosamente feo: las casas por fuera y sobre todo por dentro, el desorden, la mugre, las ropas viejas, un lugar tan marginal, tan abandonado que hasta parece que se desprendiera mal olor de la pantalla. La película nos muestra que hasta la muerte es allí un hecho deshumanizado que a nadie asombra, que a nadie importa, en una existencia casi animal que lucha por la supervivencia, como en el Far West, pero sin los códigos de honor sobre los que descansa la moral inequívoca de los westerns. Caetano es en esto un maestro que recuperó en esta película la relatividad moral que tan bien supo exponer en “Un oso rojo”.
A diferencia de la muy premiada “El ciudadano ilustre” donde los directores se burlan del atraso del interior argentino, “El otro hermano” es la contraparte que se impone como respuesta necesaria a aquella película tonta, es un cachetazo en plena cara al snobismo de las capitales que aplaude lo que considera de denuncia pero le queda cómodo. La incomodidad es el terreno de Caetano y haciendo una película como esta, aunque no se base en un hecho real, nos revela el mundo que a nadie le gusta ver.
Crotalus
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