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España España · Santa Cruz de Tenerife
Voto de Ficus Pandorama:
9
Drama. Intriga Al poco tiempo de perder a su esposa Rebeca, el aristócrata inglés Maxim De Winter conoce en Montecarlo a una joven humilde, dama de compañía de una señora americana. De Winter y la joven se casan y se van a vivir a Inglaterra, a la mansión de Manderley, residencia habitual de Maxim. La nueva señora De Winter se da cuenta muy pronto de que todo allí está impregnado del recuerdo de Rebeca. (FILMAFFINITY)
10 de junio de 2010
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rebeca, película de grato recuerdo personal ya que la pongo en mis listas, como el inicio de mí pasión cinéfila.Recuerdo que fue una de las primeras películas, si no la primera, que ví en televisión española cuando sólo existia un único canal allá por los años setenta, en aquel programa que daban todos los sábados por la noche, que se iniciaba en la pantalla analógica del Telefunken en blanco y negro que teníamos en casa y que comenzaba con unas imágenes de un proyector con luces de neón y unos focos en el que salían las letras de Sábado cine.

Alfred Hitchcock debuta en su etapa americana, llegado de la mano del productor David O. Selznick, con esté film de suspense policiaco basada en la obra de la escritora británica Daphne du Maurier.
Es una adaptación bastante fiel a la novela, de la cual Hitchcock le pone su toque personal sin desvirtuar la misma, que comienza con cierto aire de comedia en Montecarlo, en la Riviera francesa, en él que él Lord inglés Maxim de Winter (Laurence Olivier) trata de sobreponerse de la perdida y el recuerdo de su esposa Rebecca, allí conoce a una joven institutriz (Joan Fontaine) que hace de dama de compañia cuidando a una acaudalada ciudadana norteamericana, la señora Van Hopper.
Tras un rápido romance se casan y se van a vivir a la fabulosa mansión que Maxim posee en la costa sur de Inglaterra donde a la recien casada la constante obsesión y veneración que la ama de llaves de Manderley, Miss Danvers profesa por su fallecida señora, consiguen atormentar a la nueva esposa del señor de Winter, todo en una inquietante atmósfera que envuelve de misterio y suspense a la gótica mansión de Manderley.

El que hoy modestamente escribe por entonces un niño, recuerda irse a dormir a su habitación sin poder quitarme de la cabeza como si fuera una especie de pesadilla, aquella mujer vestida de negro, de cara blanca y fría, con las manos cruzadas hacia delante de Miss Danvers (Una inolvidable interpretación de Judith Anderson), una especie de barroca bruja de cuento infantil, desde aquella noche para mí, la ama de llaves por excelencia del cine.

Llaves que desde entonces comenzarón a abrir, mí pasión por el séptimo arte.


"Vino hacia mí, y yo le alargué la mano, envidiando su dignidad y compostura;
pero cuando me dio la mano noté que la suya estaba fláccida, tórpida, mortalmente fría,
y que se mantuvo en la mía como algo sin vida.

Está es Mistress Danvers - dijo Maxim...."
Ficus Pandorama
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