Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de Andarrio:
5
Thriller. Intriga. Cine negro A finales de los años 30, en los bajos fondos de Los Ángeles, el detective privado Philip Marlowe (Liam Neeson) es contratado para encontrar al ex amante de una glamurosa heredera (Diane Kruger), hija de una conocida estrella de cine (Jessica Lange). La desaparición desentierra una red de mentiras y Marlowe se verá envuelto en una investigación peligrosa y mortal en la que todos los implicados tienen algo que ocultar. (FILMAFFINITY)
19 de mayo de 2023
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No consiste en tener los ingredientes, buenos actores, buen guionista, buen director de fotografía, director célebre, Niel Jordan, etc.....si no es saber preparar la receta, cosa que aquí, cuando degustamos el resultado final, nos vamos con un, mmmm, insulso, insípido.

Quizás, parte del fallo este en tomar como referencia una novela, no de Raymond Chandler, padre del detective Phillip Marlowe, si no del buen escritor John Banville, experto autor de novela negra bajo el seudónimo de Benjamin Black, que se atrevió a resucitar a Marlowe en su obra, "La rubia de los ojos negros", texto en el que se inspira la trama.
Si alguien se lee la novela de Banville, podrá ver que en la misma ya se puede uno encontrar parte de los defectos que aparecen en el film. Banville es irlandés, su serie con el detective Quirke, transcurre en irlanda, recrea el ambiente de Dublin y de la isla, ambientes que el escritor conoce bien, donde los personajes, supongo, se inspiran, en aquellos que el escritor se encuentra a diario o se ha topado con ellos a lo largo de su vida.
Ahora, recrear Los Angeles y los EEUU de los años 50.....

La vida de Chandler y de Banville difieren mucho.... el primero, además de experimentar la guerra, era alcohólico, mujeriego, sinvergüenza, estuvo muchas veces a borde de la bancarrota, era en cierto modo un vividor, tenía una mirada irónica y relativista sobre la vida, cosa que, por el contrario, Banville, tiende al pesimismo donde la ironía apenas se trasluce.

En este sentido, cuando Bogart, o Elliot Gould interpretaron a Marlowe, dieron a sus papeles ese toque de ironía e escepticismo que, en este film, no acaba de hacerse presente en la actuación de Liam Neeson. Buen actor, pero demasiado serio y demasiada cara de amargura, para un Phillip Marlowe. Y no es porque no tenga una vis cómica, que la tiene, si no porque no es tanto el tener la misma, como poseer una mirada alejada y llena de dudas hacia el mundo cargada de la ironía mencionada, cosa que no posee, al menos en este film.

En las novelas de Chandler, la trama, es casi secundaria, lo que importa es la mirada del detective sobre el mundo que investiga. Dicen que cuando Faulkner trabajaba en el guion de "El sueño eterno" de Howard Hawks, comento que la historia era ininteligible, dicen que, durante el rodaje, el director y los guionistas no eran capaces de saber quién mató al chofer Owen Taylor por lo que enviaron un telegrama al autor, el cual respondió “¡Carajo, yo tampoco lo sé!».
Vuelvo a repetir, lo importante no era la trama, si no la perspectiva del detective....Marlowe es un personaje escéptico que, a pesar de que la humanidad no le da pie a pensarlo, siempre está dispuesto a darle una segunda oportunidad, a ver que pasa.
En este film, además, vemos a un Marlowe violento y bastante triunfante ante esa violencia, cosa que en el Marlowe original, este casi siempre recibía, no daba y, esto era así, pues reforzaba lo anterior, a pesar de los golpes, de la negritud que contempla, él sigue y sigue, siempre albergando alguna esperanza y, cuando la misma no llega, se resigna diciendo, esta vez no ha podido ser, a ver la siguiente.

La ambientación es otro fallo, sobre todo en el empleo de los colores. La prevalencia de amarillos y naranjas, tonos cálidos que recuerdan a "L.A. Confidential" y sobre todo a "China Town", donde se ha pretendido recrear ese Los Angeles, y esa California. Entiendo que el film no se rodara en blanco y negro y que, de la época de entonces, solamente tengamos una visión sin color, pero esos colores tan subidos de tono no ayudan a transportarse a aquellos tiempos, hay una escena de bar, donde el azul eléctrico de la ambientación desentona a gritos, otra donde dos matones llevan a Liam Neeson a rastras con un fondo en rojo chillon....

Femme fatale. Veamos, en la ya mencionada "El sueño eterno", Bacall no es exactamente una femme fatale, no arrastra a ciegas al detective hacia los infiernos, no pretende matarlo, se enamora de él y al final se deja una puerta abierta con la famosa frase, gran final, de: "nada que tú no puedas arreglar". La relación es algo más compleja. En esta película, el estereotipo está demasiado encorsetado, le faltan matices.

Leo, que se podía haber reiventado, readaptado, las clásicas películas de detectives, pero el problema reside en el nombre del film, Marlowe, lo que te lleva inexorablemente a pensar en los Marlowe pasados, en las novelas de Chandler. En su día, las películas protagonizadas por James Gadner, "Marlowe detective privado" (Paul Bogart) o la de Elliot Gould, "Un largo adiós" (Robert Altman), sucedían en los años 70, por lo que Marlowe vestía como entonces y trataba con gente que se movía en el ambiente de la California de aquellos años. El film de Bogart, por esas razones, no acaba de funcionar (además de por otros motivos), el de Altman es bastante mejor, en gran parte por lo de antes mencionado, la ironía interpretada por Gould bajo el guion de Lieght Bracket, el cual, tras sus trabajos en "Rio Lobo" y, sobre todo, en el "Sueño eterno" había aprendido el arte del diálogo destilado en frases cortas, muchas con doble intención.
Y, acabo, hablando también del guion, frases enormemente largas, planas, donde se explicita la trama, lo que va a ocurrir (que ya he señalado que en principio debía de ser lo de menos). Según los críticos, el principal valor literario de las novelas de Chandler, reside en la sobriedad del diálogo y de las descripciones., alguien dijo que los diálogos son como ráfagas de una metralleta Thompson. En ellos, constantemente vemos el enfrentamiento de la moral del protagonista, muy flexible, pero delimitada por unas líneas rojas que jamás franqueará, frente al mundo que le rodea. Lucha donde la aptitud distante y cínica nos da muestra de la bajeza moral de los contrarios. Aquí el guionista nos demuestra lo mismo, pero desde una seriedad y una aproximación directa, no desde el escepticismo necesario.
Andarrio
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow