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España España · Gijón/Borja
Voto de Replicántropo:
9
Drama Johann Sebastian Bach (1685-1750), el gran músico del barroco alemán, se traslada a Leipzig con su familia para desempeñar la función de Cantor en la Escuela de Santo Tomás. Bach, un ferviente devoto y un incansable trabajador, es además modesto y su posición social dista mucho de ser privilegiada. El reconocimiento a su música aún no se ha producido, el talento que imprimirá a sus composiciones irá creciendo con el paso de los años. La ... [+]
1 de junio de 2013
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi esta película en el Festival de Gijón-2007; repetí visionado en sala grande cuando se estrenó. Me cansé de recomendarla a diestro (los amigos cinéfilos) y siniestro (indoctos espectadores más ocasionales, pero cuyo criterio valoro). Pues bien, me apena reconocer que no obtuvo aprecio alguno, ni de tirios ni de troyanos. Me apena y me frustra por cuanto me empleé a fondo para defender esta obra poco asequible, pero que sigo creyendo (acabo de verla en DVD otra vez) que tiene unos valores que recompensan largamente el compromiso que requiere del espectador.
Tal vez la clave del rechazo no viene tanto de lo que es la película, sino de lo que no es.
NO es un biopic sobre J.S. Bach.
NO es un documental.
NO es un musical.
NO es ficción, ni reportaje naturalista, ni recreación histórica.
Portabella y sus coguionistas no hacen una película de accesible argumento lineal. Proponen un formato borroso, indefinido, tejido sobre la música de Bach como urdimbre. Eso sí, debo contestar a ciertas críticas aquí dejadas: NO engatusa al espectador, su propuesta queda clara desde el principio. Es una opción contraria de la habitual, en la que primero se tienen imágenes, y después se las ilustra con música (Kubrick): aquí nos encontramos con una música exquisita a la que hay que poner imágenes; y ya desde la "escena" inicial: ese escenario vacío, blanquísimo, esa Variación Goldberg, y esa pianola que la interpreta, y danza a su ritmo. Una música de tal potencia emotiva que no requiere escenario ni ejecutante: ES ella sola.
Portabella busca la emoción, la sugerencia, la poética, la evocación profunda que le sugiere Bach. Y nos ofrece su mirada sobre su música. Otros tendrán otra visión, esta es la suya; y da la casualidad que coincide mucho con la mía: esa escena mencionada, la pieza para cello interpretada con cellos en el metro, la violoncellista medio desnuda en la intimidad de una habitación, el afinador ciego como metáfora (¿de qué?, no sé, que alguien me ayude); sobre la amazona bailando con el caballo por Bach tengo más dudas, pero me gustó verla.
En definitiva, me resultó una bellísima recreación visual de una música que me gusta.
Quizá no sería para un 9, pero tiene un punto extra para compensar la virulencia de las críticas negativas.

Por cierto, no me resisto a contestar a algunas que suelen coincidir en su argumento: algunos aficionados a los que no les gustó esta película plantean que "no entienden el propósito del director sobre el músico", y terminan hablando de "insulto a su música, etcétera", amén de adornar a quienes sí nos gusta con los epítetos de siempre en estos casos: gafapastas, papanatas, etc... Estimados amigos, cada vez que una película no es sota, caballo y rey, no somos pedantes gilipollas sin remedio aquellos a los que sí nos gustó: nos conmovió, y ya está. Tampoco creo que sean retrasados mentales todos los que no les sucedió. Y si no se entiende, pues no pasa nada: no hay disciplina artística en la que TODO se entienda, hay espacios para la emotividad no explicable. ¿O quemamos los Pollocks, los Rothko o los Millares porque "no los podemos explicar"?.
Replicántropo
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