No se si es el mejor musical de la historia, yo a veces diría que sí, pero creo que tiene uno de los mejores argumentos.
Ambientado en el tiempo en que el cine dejó de ser mudo y pasó a tener sonido, es un homenaje y a la vez parodia de aquella época, mostrando como se arruinaba la carrera de muchos actores debido a su voz y las dificultades que suponía rodar sin que se vieran los aparatosos micrófonos.
Cuenta con números musicales inolvidables y entregados actores como el divertidísimo Donald O'Connor y los simpáticos Gene Kelly y Debbie Reynolds, a los que se une la comicidad de Jean Hagen en su hilarante papel de actriz que no sabe cantar ni apenas hablar.

Es una de las películas que más alegría transmite, hecha con todo el oficio y calidad del gran estudio de la época y sigue tan viva hoy como lo estrará dentro de cien años... si es que el cine aún existe.