En el mundo del cine es muy común que tras la llegada de un éxito o varios, se cree una fórmula.
Esta fórmula suele repetirse hasta el cansancio cuando funciona.
Si "La noche de Halloween" fue un puntazo allá por 1978, el director Sean S. Cunningham decidió aplicar el mismo concepto, aunque llevado de otra manera a su film "Viernes 13".
Si "Star Wars" (La Guerra de las Galaxias) supuso una revolución en la ciencia-ficción en 1977, inmediatamente empezaron a surgir imitaciones y películas similares o con una ambientación parecida.
Y si en los años 90, Disney renacía gracias a su reinvención de los cuentos clásicos, el director Richard Rich, viejo colaborador y director para la casa de las ideas, se aplicó el cuento de Cunningham y los que realizaron películas similares a "Star Wars: Episodio IV - Una Nueva Esperanza" para hacer su propio cuento clásico de princesas.
Jugada que le salió más o menos, porque si bien la película fue un fracaso en taquilla por coincidir con "El Rey León", fue bastante exitosa en el mercado doméstico, y eso le permitió encargarse de hacer nueve secuelas directas a vídeo.
¡Casi, señor Rich! Casi supera a "En Busca del Valle Encantado", pero claro ¡Ellos van ya por la parte XIV!

Al margen de las secuelas, la película original de "La princesa cisne" no está mal. Tiene personajes divertidos, algún momento de terror y tensión de lo más interesante y unos secundarios muy agradables.
Hasta el villano Rothbart me parece original, lo malo de la película es que la relación principal entre el príncipe Derek y la princesa Odette no se me hace nada creíble. Me resulta repentina y forzada, y cuando llegamos al clímax, me cuesta comprender que ha llevado a estos dos personajes a enamorarse.
Por lo demás, aplaudo con todo mi ser al personaje Lorenzo Pisalento, o la tortuga Veloz, ¡Es una cucada de animalito!
Así que entre unas cosas y otras, voy a concederle a "La Princesa Cisne" un 6 sobre 10.