Está visto que nunca se puede perder la esperanza. Cuando ya daba por seguro que ninguna película de Terror volvería a sorprenderme y que todo el pescado estaba vendido, me encuentro con esta pequeña maravilla: original, técnicamente solvente y con el ritmo de narración que exige el género.

Porque está claro que a pesar de que digan los “sesudos críticos”, que en realidad, y pese de sus ínfulas intelectuales y su regusto por pontificar, suelen rayar el analfabetismo funcional, el Terror, lejos de ser un género menor, es un género con mayúsculas, quizás el más difícil de todos: requiere de los ingredientes justos en la dosis precisa, y se te pasas o no llegas… ¡Pum!; a la mierda; bodrio al canto. Pero… Mejor vuelvo a la película.

Lo primero que se agradece es la historia en sí, que escapa de los tópicos –al menos en parte- y ofrece algo diferente a las típicas líneas argumentales en las que encajan el 98% de las películas del género. Porque ésta es una película de monstruos, pero, no, no son monstruos llegados la Tierra en una nave alienígena precisamente, sino justo lo contrario… Y si a esto le unimos un reparto únicamente femenino y un intento de darle cierta profundidad psicológica a los personajes, el resultado, ya de por sí, promete ser refrescante.

Pero sus grandes aciertos son su lograda atmosfera y su acertado ritmo narrativo. Y es que eso de atmosfera “opresiva y claustrofóbica” es una muletilla que repito mucho, pero aquí resulta exacto y literal. Tanto que es posible que si la ves en la intimidad de tu cuarto y con las luces apagadas, sientas en varios momentos una absurda sensación de falta de aire. En cuanto al manejo de los tiempos es perfecto: lenta y contemplativa en sus primeros dos tercios, recreándose en los pequeños detalles y dejando que el terror y la angustia calen poco a poco, y explosiva en su tercio final. Cómo debe ser.

De todas formas, y a pesar de lo dicho, la película tiene sus fallos. Su brutal e impactante principio resulta a la postre tramposo e innecesario, abriendo una derivada argumental que, además de ser estéril, desconcierta al espectador. Y su final resulta claramente fallido; demasiado efectista –los lagos de sangre sobran- y poco resolutivo. Es evidente que el guión hubiera necesitado limar esas esquirlas e incoherencias. Una lástima.

En definitiva, una notabilísima película de Terror, que en ocasiones llega ser verdaderamente angustiosa y opresiva y que consigue con solvencia su objetivo de asustar al espectador, pero que peca de cierta incoherencia argumental, de un excesivo regusto por la casquería barata –que aquí no procede y no beneficia en nada al desarrollo- y de una historia que, aunque original, está poco trabajada.