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Voto de Kyrios:
8
Intriga. Cine negro Los periodistas del Sentinel están a punto terminar la edición del periódico. En los pasillos y en las mesas se conspira y se intriga para hacerse con la dirección del diario. Mientras tanto, un criminal que se dedica a matar mujeres jóvenes, tras cada asesinato, deja a la policía un mensaje escrito con pintalabios. En el periódico se establece una feroz competición: el primero que consiga la noticia de la captura del asesino "del ... [+]
19 de junio de 2013
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fritz Lang tuvo un último periplo en Estados Unidos en el que el director no se si sintió realmente cómodo. El ambiente de producción en el que estaba inmerso no era el mismo que el que lo había recibido con las manos abiertas después de huir del régimen Nazi. Lang mismo no terminaría su carrera en los Estados Unidos, sino que decidió volver a Alemania para poner fin a su trayectoria cinematográfica.

Pero antes de volver, realizó algunas películas, que realmente resultan más que interesantes, porque Lang arremete contra este ambiente viciado que se respiraba en los años cincuenta y que le estaba arrinconado cada vez más. En el 1956 dirige la que será su penúltima película en territorio norteamericano, Mientras Nueva York Duerme.

Mientras Nueva York duerme, es seguramente la crítica más acérrimal que se haya realizado en mucho tiempo sobre el cuarto poder. Lang no tiene ningún tapujo en realizar un ataque brutal contra la prensa, que dirige a su antojo la información con tal de conseguir aunar más poder.

Para ello Lang no recurre a una estructura normal, sino que la película está construida de una manera bastante singular. De hecho podríamos decir que hay dos películas en ella. Una parte del argumento es la búsqueda del asesino que ha cometido diversos crímenes, y su persecución (Entre otros por parte de Dana Andrews el personaje principal de la película). Mientras que por otra parte se nos muestra la lucha por conseguir un puesto de vital importancia para el periódico, en la que los tres pretendientes utilizarán todas las trampas posibles para poder conseguir tan codiciado objetivo.

El director no idealiza nada. Tampoco hay un interés por mostrarnos el suspense del asesino, pues ya desde el inicio vemos su rostro (en un magnífico prólogo) y a la mitad de la película ya sabemos casi todo lo necesario sobre él. A Lang le interesa más mostrar como la codicia de la prensa llega hasta límites inimaginables, y para ello se sirve de sus personajes protagonistas. Ni uno de ellos se libre de ser personas que en mayor o menor medida, carezcan de escrúpulos. Hasta el protagonista, interpretado por Dana Andrews es mostrado como un hombre que comete adulterio (recordemos la época en que se rodó y el impacto que debió causar, de hecho la película tiene bastantes trozos censurados en la versión española) además de ser un alcohólico consumado. Los tres hombres que luchan por el puesto también demuestran una catadura moral bastante cuestionable, y las extorsiones, negocios negros y líos de faldas (la utilización de la mujer como objeto es un tema muy presente en la película) están a la orden del día. De hecho el mismo final en que todo el mundo consigue su objetivo no es más que un claro ataque de Lang hacía los manidos Happy ends. Todos parecen felices y contentos, pero uno cae en la cuenta de que en realidad ninguno de ellos merece el puesto que consigue, ya que todos han jugado sucio para estar donde están.

El sensacionalismo de la prensa queda retratado perfectamente y sólo que hay fijarse en los diálogos para darse cuenta. Justo en la primera secuencia antes de que el viejo mandatario del periódico muera, suelta unas frases bastante interesantes: Quiero el titular del asesino de barra de labios en primera portada, quiero que cada mujer en Nueva york que se esté pintando los labios se estremezca ante la posibilidad de que el asesino este el acecho. Todo esto en una película del 1956, y sin embargo, resulta más actual que nunca.

En cuanto al asesino hay un interesante retrato psicológico de él, que no es que resulte pasado de moda, pero que en la época estaba muy en boga. Recordemos que cuatro años después de rodarse Mientras Nueva York Duerme, Hitchcock asustaría al mundo entero con su genial “Psicosis” , en la que también hay un debate científico muy parecido al de la película de Lang. Aquí, en Mientras Nueva York Duerme, también encontramos la madre del asesino como un determinante clave para que el asesino cometa sus crímenes, al igual que un comportamiento infantil y no estable con las mujeres.

Formalmente Lang realiza un ejercicio más que correcto. Se aleja en cierta parte de la estética del cine negro (la iluminación está muy presenta en la película y apenas hay intención de utilizar el clarobscuro) y se acerca a un tipo de films más realista (y recordemos que él es uno de los precursores más claros de este tipo de films). Es interesante observar como realiza diversos contraplanos y picados que intentan precisamente mostrar la relación de poder entre los diversos personajes, especialmente utilizados en las oficinas de la prensa. También en estas oficinas Lang juega con el juego de cristales transparentes y como se encuadran los personajes en los diversos campos. Puede suceder que en una sala ocurra una conversación que atañe a otro personaje, mientras observamos a este mismo de fondo, un detalle más que curioso y que Lang repite en diversas ocasiones.

Si hay que destacar una secuencia sin duda sería la persecución final en el metro (la película está ambientada en Nueva York, pero la secuencia se rodó en los metros de Los Ángeles), en la que el personaje interpretado por Dana Andrews se lanza en una persecución total contra el asesino en el metro. Una persecución que remite por cierto, a la Mítica secuencia del “Tercer hombre” de Carol Reed.

http://neokunst.wordpress.com/2013/06/19/ciclo-fritz-lang-mientras-nueva-york-duerme/
Kyrios
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