El verano de 1942 se presentaba muy entretenido hablando en cuestiones bélicas. Hitler con su mapa cada vez más coloreado por sus conquistas, no se conformaba con dominar casi toda Europa, la quería en su totalidad. Y su próximo objetivo tenía un nombre claro, Stalingrado. Dónde daría un golpe sobre la mesa al ejército ruso y se haría con una zona importante en petróleo. Pero lo más importante, le dejaría bien a las claras a Stalin, quien mandaba allí.

Pero si uno era tenaz en su trabajo (Hitler), el otro era orgulloso y terco (Stalin) y menos aún cuando se trataba de conquistar la ciudad que llevaba su propio nombre. A base de una campaña publicitaria de una tremenda magnitud, el ejército ruso incitaba a sus soldados a no dar un paso atrás y proteger la ciudad, incluso llegando a matar a los que regresaban en retirada.

Ante tal inferioridad de poder, surge un hilo de esperanza en forma de un único soldado, Vasili Záitsev, quien venido casi del mismo bosque, había aprendido a disparar desde muy niño y tenía una puntería increíble. Esto le otorgó un puesto entre los francotiradores y día a día a base de disparos desde su rifle hacia la cabeza de los alemanes, se fue labrando una fama que lo convirtió en un héroe entre los suyos, hecho que utilizaron para subir la moral del pueblo ruso.

Y Hitler no estaba dispuesto a que esto durara demasiado, así que envía a un francotirador a Stalingrado para acabar con el héroe soviético.

Jean-Jacques Annaud se nutre de la historia de un personaje real, Vasili Záitsev para añadirle las archiconocidas americanas y formar esta magnífica película, que se centra especialmente en reducir una guerra a dos personas...dos francotiradores. En dos horas aprenderemos lo suficiente acerca de estos soldados solitarios (en la realidad no lo son), quienes a diferencia de los otros que lo preparan todo al momento, lo suyo es un trabajo, silencioso, paciente y donde no existen dobles oportunidades. El duelo interpretativo entre Law y Harris es perfecto. La nueva savia rusa, contra la experiencia alemana. Y por medio, un vividor Fiennes, un Perlman muy mal aprovechado y una guapísima Weisz, que aporta más que su bonito rostro.

Unos primeros planos de los rifles y los francotiradores muy a tener en cuenta, y esos momentos anteriores a la acción, que te hacen recordar los duelos de los westerns. Muy buena película bélica.