Tienes una agencia de super-ciber-asesinas que a través de psico-neuro-telepatía (o como quiera que se llame eso) solo tiene que cumplir una simple misión: tirar del gatillo, acabar con el objetivo y luego dispararte en la boca para que luego te despierten de tu ciber-neuro-sueño, punto.

En tu última misión solo tenías que dispararle al sujeto pero finalmente decides apuñalarlo hasta la muerte con lo cual dejas en claro que tu cerebro no está funcionando bien. Pero a tu jefa le da exactamente lo mismo y en lugar de llevarte al psicólogo te asigna una nueva misión: Disparar, matar al sujeto y ya. Pero no contenta con tu frágil conexión neuronal con el huésped de turno dado tu deplorable estado psicológico, decides utilizar a tu huésped para jalarte unas líneas de coca, beber alcohol y fumar marihuana. Demás está decir que tu profesionalismo como asesina deja mucho que desear.

Pues bien, no solo no cumples tu misión, lo haces tan mal que ni siquiera fuiste capaz de matar al objetivo, lo dejaste todo golpeado y sin un ojo ya que te volviste toda una sádica en el proceso. Pero sí mataste a su hija, a su amiga, al compañero de trabajo del huésped, a tu ex esposo y a tu ario hijo. En fin, mataste a todos excepto al objetivo.

La película es tan absurda y carente de verosimilitud que al final solo te queda mirar el reloj para ver a qué hora termina.

Y, por cierto, si tienes una agencia de super-ciber-asesinas por supuesto que vas a elegir a tus mejores elementos para cumplir la misión, y no a una desaliñada con cara de desequilibrada mental que claramente no está apta para el trabajo. Qué mal jefa eres.