Johnny Blaze (Nicolas Cage) es un motociclista acróbata que se esconde en Europa Occidental debido a que hizo un contrato con un hombre llamado Roarke (Ciarán Hinds) y a cambio recibió una maldición que lo obliga a transformarse en un vengador justiciero en llamas. Ahora es encontrado para que salve a un niño y a su madre del mismo que lo engaño con el contrato.

Vuelve el motociclista acróbata Johnny Blaze (Nicolas Cage). Después de luchar en "Ghost Rider" (2007) contra Mephistopheles (Peter Fonda), vuelve de nuevo a presentarle otra agenda engañosa, pero ahora como Roarke (Ciarán Hinds). En esta secuela intentara librarse de una vez y para todas de tan leonino contrato.

Lo mejor del film son los efectos especiales con que cuenta la película, ¡puro entretenimiento!, por lo demás se parece a uno más de tipo B o bajo presupuesto por su desenfocada dirección y la historia un poco confusa. La actuación de Christopher Lambert fue tan breve, que el personaje no se puede recordar en la trama.

La película tuvo un presupuesto de $57 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $133 millones, además recibió tres nominaciones a diferentes premios en festivales de cine.