Haz click aquí para copiar la URL
España España · Santander
Voto de burton:
8
Comedia Un periodista y un misterioso abogado que viajan en un descapotable rojo se dirigen, a través del desierto, a Las Vegas. El maletero del coche es una auténtica farmacia: dos bolsas de marihuana, 75 pastillas de mescalina, 5 hojas de ácidos y muchas otras drogas. (FILMAFFINITY)
16 de junio de 2006
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Visionar esta cinta es como meterse de lleno en una viñeta de comics, protagonizada por dos auténticos personajes, colgados de droga hasta las patas y adentrándose en Nevada, un estado donde la droga, tal y como indican los paneles informativos de carretera por los que éstos dos personajes van pasando a bordo de recién estrenado descapotable lila, está penalizada con la libertad del individuo además de su correspondiente y previsible sanción pecuniaria.

Al comienzo de la cinta, uno tiene la impresión de estar delante de una genial paranoia de la factoría Gilliam, por como se van desarrollando los distintos capítulos a modo de trepidantes viñetas, como cuando recogen al autoestopista (desconocido Tobey Maguire), y el periodista Raoul Duke (excelente Johnny Depp) divaga con su rechutado compañero de viaje consejero, confidente y abogado Gonzo (sublime como siempre Benicio del toro) acerca de sus particulares e indescriptibles paranoias sobre todo y nada en particular.

En las Vegas Raoul debe cubrir como periodista una especie de rally patrocinado por un famoso casino de la zona. Toda una serie de ensoñaciones alucinógenas se mezclan en la trama aunque no siempre de manera tan acertada como el brillante comienzo de esta cinta nos hacía elucubrar.

Por desgracia la cinta va cayendo paulatinamente en disparatadas situaciones, que rompen de manera harto radical con las deliciosas situaciones del principio.

Es como si la genial locura de estos personajes se viera truncada por la espúrea conciencia del niño resabido y con ganas de llamar la atención.

De repente, nos vemos en medio de una paranoia chafada por la incontenible ansia de Gilliam por dar rienda suelta de manera apelotonada y abrupta, a sus delirantes y habituales boutades, confiriendo al conjunto de una cierta torpeza y embrollo que despistan y desorientan al espectador, haciéndole perder cualquier ápice de interés por la trama.

Llega un momento en que ya nada parece tener sentido. Tan sólo una suerte de episodios deslabazados y torpemente hilvanados que decepcionan finalmente las ávidas espectativas del inicio.

Aún con todo, merece la pena visionar esta película, aunque sólo sea por la sana y hasta cierto punto razonable costumbre de adentrarnos en el maravilloso mundo y psique de este genial y particularísimo director de cintas tan destacadas como Brazil, 12 monos y El Rey Pescador.
burton
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow