Ciertamente no se trata de una obra maestra del cine de acción. Stallone no es que sea un maestro de la interpretación, algunas secuencias son un poco inverosímiles (la de la pelea en el autobús), el final es precipitado y absurdo, etc.

Pero tiene cosas muy buenas. Y la mejor es el glamour que desprende toda la cinta. Banda
sonora, vestuario, ambientación, fotografía son de primera. Y esa elegancia, esa atmósfera neonegra, sensual y refinada se transmite a lo largo de toda la cinta, en la forma de rodar, en los recuerdos de Sharon Stone, envueltos en el humo de los cigarrillos de Eric Roberts, en la luz natural entrando por las ventanas de la casa de Stallone mientres hace tai-chi, en el apartamento de Sharon mientras fuma y se le ve una esclava en el tobillo mientras suena la música y el viento mueve las cortinas, en la presentación de Stallone vestido como Ryo Saeba con la canción de Jon Secada "Mental Picture" de fondo, en Sharon con sus vestidos negros, ¿de Versace?, en los trajes de James Woods siempre impecable y en el sabor de Miami, envuelta en tabaco, alcohol, fiesta, mujeres y .... crimen, etc.

Claro que estamos en 1994 y este ambiente era el normal en la primera mitad de los 90, pero es que la cosa ha empeorado tanto que hoy nos parece elegantísimo.

Destaquemos también, a parte del innegable atractivo de la propia Sharon, la gran interpretación de James Woods, cuyo personaje llega a gustarte. Si añadimos algunas escenas bastante conseguidas con los explosivos, un buen tono y presentación de los personajes, una historia entretenida y una intriga mantenida casi hasta el final, el resultado no deja de ser más que recomendable por más que algunos vean que sale Stallone (se le tiene manía, no cabe duda) y pongan a parir su película.