Quizá sea pesado con las comparaciones entre la pedorra Ellen Woods (Reese Witherspoon), la protagonista de "Una rubia muy legal", la 1 (2001) y la 2 (2003), y la genial y adorable Cher Horowitz (Alicia Silverstone), la heroína de "Fuera de Onda" (1995), pero es que literalmente me obsesiona este deterioro tan profundo y en tan poco tiempo a la hora de presentar un arquetipo de niña rica. Porque supuestamente, la primera es una evolución de la segunda. Y eso de pensar que Cher, que me enamoró, un mal día se convierta en Ellen, me aterra muchísimo. Porque esta Elle es completamente insufrible, una payasa, idiota y patética figura con un pésimo gusto, hortera y cutre hasta unos límites infinitos, quizás sólo superados por esas amigas tan chabacanas. Sí, la odio. Pero es que encima Reese es fea, quizá no mucho, pero desde luego no es guapa. Sólo desde la decadencia y la tergiversación de valores, gustos e ideas, se puede explicar que una Cher bellísima, una señorita con clase, encantadora, educada, inteligente, elegante, buena, sensible, romántica, infantil y femenina haya sido sustituida por el monstruo rosado de Ellen, esa caricatura bochornosa de lo pijo.

De la película no merece la pena hablar mucho. Me reafirmo en todo lo expuesto en la original "Una rubia muy legal" pero aumentado, pues es bastante peor. De hecho uno siente rubor y malestar ante una historia tan delirante y absurda, tanto que deseas ver fracasar a Elle. Aquí no se han cortado y han roto los últimos límites del ridículo como también cualquier grado de realismo. Todo lo planteado es de una estupidez increíble. Parece mentira que una persona, de la edad que sea, pueda encontrarle gracia. Eso sí, supone una babosa loa al sistema político americano y a la "tierra a la libertad" a base de mentiras, trolas y mucha ideología buenista. Toda la parte política me produce arcadas. Claro que peor aún me resulta el visionado de estas chicas rosadas. No me extraña que después de que las jóvenes se encandilen con esta basura tengan que hacer películas como "¿Qué les pasa a los hombres?" (2009) para justificar que no las quieran. Pero ¿a quién le va a gustar estas locas? Si lo que dan es miedo, asco y vergüenza ajena. Chicas, no se puede ser tan repelentes, ni tan vulgares, ni tan tontas. Huid de este ejemplo nefasto. Fijaos en cambio en Cher. Os lo pido por favor.